La "exigente" contaminación por mercurio del puerto de Llanes, en comparación con instalaciones como la de Bustio, impedirá que la zona de amarre de la infraestructura llanisca pueda ser dragada antes de 2018, según anunció ayer en Ribadedeva la consejera de Infraestructuras, Belén Fernández, quien evitó dar una fecha concreta para el inicio de los trabajos. La suciedad de la dársena llanisca trae de cabeza al sector pesquero local, pendiente desde hace meses de las mareas para entrar y salir a puerto sin peligro de que los barcos se queden varados. El puerto de Bustio, por el contrario, será dragado este año, descartándose la idea primigenia de depositar los vertidos en una finca municipal.

"Estamos trabajando en el proyecto de dragado y la Cofradía de Llanes tiene información de primera mano sobre los pasos que se están dando. Estamos avanzando para dar respuesta a una reivindicación que es sensible para el colectivo de pescadores", dijo Fernández, quien descartó que los trabajos comiencen antes del estío. "Será cuanto antes. Antes del verano será complicado. Hay que esperar y dar tiempo al tiempo. Tenemos que hacer bien el dragado. Si complicado es caracterizar el material a dragar y a verter en el puerto de Bustio, porque tiene una concentración significativa de mercurio, en el caso del dragado y la caracterización de materiales en el puerto de Llanes es más exigente todavía porque el nivel de concentración de contaminantes es aún mayor, lo que añade complejidad la proceso, a los requerimientos y a las verificaciones ambientales que hay que llevar a cabo. No queda otra que ir paso a paso", aseveró.

El puerto de Bustio, también con restos en los bajos fondos de mercurio, correrá mejor suerte y la ría y el canal serán dragados antes el de Llanes. "Tiene su complejidad porque el material a dragar tiene un componente de contaminación significativo y ciertos niveles de mercurio. Eso obliga, por la especial configuración de la ría, a sacarlo por medios terrestres", indicó. Los trabajos en Bustio no empezarán hasta que Medio Ambiente dé luz verde. "A partir de ahí debemos recabar las autorizaciones de la Demarcación de Costas y Capitanía Marítima y la idea es tenerlo todo listo para, en principio, hacer el vertido al mar en lo que queda de año", añadió. Los elevados costes que acarrearía el vertido de los materiales contaminados en tierra, aspecto este que retrasaría los trabajos, ha hecho que finalmente se hayan decidido por verter los residuos al mar.

La consejera de Infraestructuras, Belén Fernández, inauguró ayer en la localidad ribadevense de Llavandes el "punto limpio" que dará servicio a los habitantes de este municipio y de los de Peñamellera Alta y Baja. La instalación tiene 4.237 metros cuadrados y para su construcción de han invertido 461.519 euros. En total dará servicio a 3.600 personas y permanecerá abierto de martes a sábado, de 10.00 a 14.00 horas, informa E. G. CEA. En la imagen, Fernández, en el centro, visitando las instalaciones.