Los vecinos de Nocéu, en el concejo de Ribadesella, ya ven la luz al final del túnel. Por fin, la séptima y penúltima fase de la restauración de la iglesia de San Salvador de Moru, la recuperación de la pintura del testero, que ha rondado los 15.000 euros, finalizó bajo la dirección de Natalia Díaz-Ordóñez.

La imagen que salió a la luz y que estaba cubierta por varias capas de cal, sales y musgos muestra una escena en la que varias personas trasladan un cadáver y un grupo les sale al paso bajo un arco. Además, en la parte alta se puede contemplar un escudo franciscano con un remate en forma de concha.

Estas pinturas, según contó la presidenta del la Asociación Cultural Iglesia de Moru, Ana Fernández, datan de "finales del siglo XV y principios del XVI".

Desde que la asociación se constituyó en 2008 para intentar salvar el templo, que fue quemado durante la Guerra Civil, han sido muchas las obras que se han llevado a cabo y mucho el dinero invertido para su rehabilitación. Que hoy se puedan contemplar estas imágenes se debe al "empeño de varios vecinos" de la zona que en el año 2008 decidieron juntarse y constituir la asociación para salvar la iglesia. Pero no está siendo un camino fácil. Económicamente, dependen sobre todo de las ayudas y donaciones, ya que las obras que el edificio requería eran muy costosas.

Por ejemplo, las obras de esta octava fase de restauración del templo riosellano las ha costeado la asociación gracias a las ayudas de los vecinos y las donaciones recibidas, "sin saber si iba a llegar el dinero del Gobierno del Principado". De hecho, la subvención pública con la que contaban para pagar dichas obras se les concedió la semana pasada. Además, el Arzobispado de Oviedo aún no se ha pronunciado sobre el aspecto económico. Ahora, los vecinos ya están haciendo números para costear la octava y última fase de la restauración.