"Tengo la sensación de que es un momento único en la vida". Diez años han pasado desde que un grupo de vecinos de la localidad riosellana de Nocéu, con Ana Fernández a la cabeza, decidieron dar un golpe en la mesa y unirse para que su iglesia, la de San Salvador de Moru, no quedara perdida para siempre. El templo del siglo XIII, destruido durante la Guerra Civil, albergaba en su interior grandes tesoros en forma de pinturas murales de hace quinientos años y los vecinos se pusieron manos a la obra para recuperar su patrimonio, una labor en la que han invertido alrededor de 200.000 euros.

Así, en 2008 nació la asociación "Iglesia de Moru", que cada año, con esfuerzo y sacrificio, ha ido consiguiendo el dinero y los recursos necesarios para que hoy, por fin, pueda quedar inaugurada la última fase de la restauración, en la que la bóveda de nuevo muestra el ya conocido como "cielo de Moru", una serie de pinturas perfectamente conservadas que habían permanecido ocultas durante demasiado tiempo, pero que hoy muestran a El Salvador, los cuatro evangelistas con sus símbolos, el sol, la luna y las estrellas.

Pero para llegar hasta aquí, el camino no siempre ha sido fácil. "Cuando te metes en un proyecto así, lo haces con la voluntad de intentarlo, pero nunca con la garantía de que va a salir bien, en muy pocas fases empezamos sabiendo que contábamos con los recursos", rememora Fernández, la presidenta del colectivo. Eso sí, a pesar de los altibajos Fernández no duda al afirmar que el esfuerzo ha merecido la pena por "la unión vecinal y la sensación de misión cumplida" y anima a otros a que luchen por su patrimonio.

Hoy, estos diez años de trabajo quedarán bien celebrados con la fiesta que la asociación ha preparado en el templo, a partir de las 12.00 horas, con música, testimonios y alegría.