Se llama Christian Zapico Pereira, es miembro de la Escolanía de Covadonga y sin apenas entrenamiento ha logrado subirse al podio de todos los cross escolares disputados en la región en el presente curso académico. La última competición, disputada el 15 de enero en Benia de Onís -y donde obtuvo un segundo puesto en la categoría cadete- le ha facilitado su clasificación para el campeonato de Asturias y le abre las puertas al nacional.

Por eso, el joven, de 13 años de edad y natural de Oviedo, anuncia que ha llegado el momento "de tomárselo en serio y entrenar duro". Con la peculiaridad de que no cuenta con preparador técnico, pero sí con una pista de entrenamiento muy especial: la basílica de Covadonga. Y es que a falta de unas instalaciones deportivas mejores, el escolano aprovecha el entorno privilegiado del Santuario para fortalecer sus piernas. Eso sí, Zapico siempre espera a última hora de la tarde, cuando el Real Sitio se vacía completamente de visitantes, para ponerse las zapatillas. Las distancias las tiene perfectamente medidas: calcula que si sale desde la señal del parking instalado detrás del Museo de Covadonga y rodea siete veces la basílica supera los cuatro kilómetros de recorrido.

Sacar tiempo para entrenar no es, a priori, tan fácil como podría parecer. El joven cuenta con un estricto horario en el que se incluyen las horas de estudio en el Instituto Rey Pelayo de Cangas de Onís, que le ocupan toda la mañana (va a 1.º de la ESO), y las lecciones de canto y piano en la Escolanía, que se llevan buena parte de la tarde. "Suelo aprovechar el rato libre que me queda después de la cena. Antes lo empleaba en jugar con el móvil y ahora salgo a correr, aunque sean treinta minutos", asegura.

Zapico descubrió su afición por el atletismo hace tres años, coincidiendo con su internamiento como escolano. Asegura que el deporte siempre le gustó, pero en su antiguo centro escolar de Oviedo dominaban el patio el baloncesto y el fútbol. En el colegio Reconquista de Oviedo le propusieron participar en los juegos escolares y ya empezó a obtener buenas marcas en pruebas disputadas en Ribadesella y Posada de Llanes.

Playeros y piano

Asegura que raíz de que un club del Oriente se pusiera en contacto con él para ficharlo se dio cuenta de su potencial. Por eso, y porque cada vez que viste el chándal acaricia una sensación única de libertad, el joven decidió seguir compitiendo, ahora también en su nueva etapa en el instituto. Su tutor, Alfonso Remis, y su jefe de estudios, Fernando Álvarez, aseguran que es igual de bueno en las carreras que con el piano. "Llegó sin conocimientos musicales, escuchando reguetón, y a los cinco meses ya estaba amenizando con alguna pieza de Bach y, sin fallos, alguna misa en la basílica", coinciden los que siguen su evolución.

Zapico, que también es voz primera (la más aguda) en el coro de la Escolanía, sueña con ganar la final regional de atletismo. Si eso no ocurriera, asegura que el mejor premio ya lo ha conseguido: sentirse admirado y respetado por los otros veintisiete internos en Covadonga. "Muchos me piden consejos para estar en forma. Me gustaría que alguno se animara a correr como hago yo", asegura el corredor, que nació un 8 de septiembre, precisamente el mismo día que se celebra en Covadonga la fiesta en honor a su venerada Santina.