Esteban Álvarez-Fernández: “Queda mucho por descubrir en Tito Bustillo, probablemente niveles más antiguos"

El Catedrático de Prehistoria la Universidad de Salamanca habló en Ribadesella de los hallazgos obtenidos tras las nuevas investigaciones arqueológicas en la cueva

Esteban Álvarez-Fernández.

Esteban Álvarez-Fernández. / J. Quince

J.Quince

El yacimiento de la Cueva de Tito Bustillo, en Ribadesella, continúa desvelando los misterios de su historia paleolótica. Sus nuevos estudios arqueológicos fueron uno de los temas principales que se trataron este jueves en el concejo riosellano con motivo del curso de verano que está desarrollando la UNED acerca de los 150 años de investigaciones prehistóricas en el valle del Sella.

La ponencia, ofrecida por Esteban Álvarez-Fernández, catedrático y profesor del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Salamanca, se centró en repasar las cinco diferentes investigaciones llevadas a cabo en la cueva, partiendo de su descubrimiento hasta la actualidad. Desde las primeras intervenciones en 1969, pasando por las excavaciones en los 70 de Miguel Ángel García, las de Moure entre los 70 y 80, las llevadas a cabo por Balbín en 2000, y las más recientes, realizadas desde 2020 por el equipo liderado por Álvarez en compañía de Jesús Tapia de la Sociedad de Ciencias Aranzadi de San Sebastian, y Marián Cueto, de la Universidad Autónoma de Barcelona: "Estudiamos los materiales arqueológicos de otras excavaciones, particularmente las que hizo Moure, y excavamos los niveles inferiores de la cueva para documentar que hay ocupaciones más antiguas de lo que inicialmente se conocian", explica.

Una presencia humana que llega hasta los 14.000 años en el área de estancia de la cueva. Gracias a los nuevos hallazgos se ha podido adelantar las ocupaciones mil años más, hasta los 15.500 años, lo que se conoce como periodo del Magdaleniense inferior. Una información que se conocía en otros yacimientos del valle del Sella como en la cueva de Les Pedroses, El Cierro o la Lloseta, pero no en Tito Bustillo: "La pregunta es si se trata de el mismo grupo que ocupa la cueva en diferentes épocas del año o son varios grupos", avanzó.

En cuanto a los distintos descubrimientos hallados en la cavidad riosellana, Álvarez-Fernández destaca los restos de faunas como ciervos, cabras o rebecos, así como moluscos marinos como lapas y bígaros. "Hay evidencias que indican que esos huesos fueron consumidos para la obtención de la carne y la obtención de la médula ósea. El 90 por ciento de los restos pertenecen al ciervo, hay una especialización de su caza en otros yacimientos de la zona", apunta.

También, aunque en menor medida, aparecen objetos de adorno de pequeño tamaño elaborados con dientes de ciervo o conchas de moluscos no comestibles. Un hallazgo que evidencia el intercambio existente entre grupos pertenecientes a distintos lugares de la península ibérica: "No solo son de la playa de Ribadesella, también hay moluscos de origen mediterráneo, lo que muestra que tenían contacto con otros grupos que habitaban a más de 600 kilómetros de distancia. Materiales característicos de las costas mediterráneas acababan en las costas cantábricas y al revés", una circunstancia que tamabién deriva en las ideas y las personas.

De lo más peculiar encontrado hasta el momento, Esteban Álvarez alude a la materia prima con la que los homosapiens realizaban las armas. "Esperábamos que la mayor parte del sílex encontrado procediera de aquí, pero no. Hay un porcentaje muy alto de esta materia prima que procede de la cuenca vasca. Por lo tanto no solo movían pequeños objetos, sino también bloques de sílex pesados y materiales para la confección de útiles", cuenta.

Las escavaciones en la cueva de Tito Bustillo se pararon hace un mes escaso tras unos diez días de trabajo, una labor minuciosa que luego se lleva a los laboratorios de la universidad de Salamanca: "Una cosa es el trabajo de excavación en la propia cueva, el trabajo gordo lo hacemos el resto del año limpiando el material, estudiando los huesos y el sílex... Posteriormente todo acaba donde tiene que acabar, en el Museo Arqueológico de Asturias para que todos los asturianos puedan contemplarlo".

Descubrimientos que cuentan con una fuente inagotable de información puesto que "aún queda mucho por descubrir en Tito Bustillo", tal y como explica este catedrático universitario: "En la cueva hay representaciones de grabados que, al menos, tienen 37.000 años. Quiere decir que problablemente debajo de estas ocupaciones de hace 15.000 años, hay niveles más antiguos. El metodo del carbono14 así nos lo dice cuando tratamos las pinturas de la galería de los antropomorfos", señala.