Santa Ana deslumbra en Naves con procesión, folclore y una gran espicha popular

Los romeros abarrotaron el campo del Polledu para la comida de hermandad y la romería, a la espera de la actuación nocturna de "Mago de Oz"

J.Quince

Dicen que las tradiciones no tienen por qué heredarse, pero el concejo de Llanes demuestra, en cada uno de sus rincones, que las fiestas locales y los ancestrales ritos que las acompañan prevalecen por un fuerte sentimiento de arraigo que los conecta a sus orígenes. Es el caso de Naves, que este miércoles celebró Santa Ana. La jornada festiva congregó a numerosos vecinos y visitantes, familias enteras de distintas procedencias pero de linaje llanisco. Fue el caso de Jesús Sánchez. “Esta es una fiesta que es tradición y que vivimos desde que éramos guajes", explicó. Un evento muy especial también para su hija Ana, de cuatro años. "Es la primera vez que la vestimos con el traje típico", señaló Sánchez.

No era, sin embargo, la primera vez que se vestía de aldeana Martina, de tres años. Sus padres, Laura Peláez, de Noreña, y Miguel Tarno, madrileño afincado en Bélgica, también venían dispuestos a disfrutar al máximo esta jornada. "Nos juntamos la familia y los amigos para comer todos juntos", destacó Peláez. En ese ambiente dio comienzo a mediodía el pasacalles a cargo de la Banda de Gaitas L´Alloru y "Los indianos de la maleta al agua". Seguidos por decenas de porruanos y aldeanas, desfilaron hacia la iglesia parroquial con un enorme ramo de hortensias y roscos de pan. En sus solapas brillaba la tradicional flor de esta fiesta llanisca: la margarita.

Tras la misa solemne, los llaniscos se ordenaron para iniciar la procesión. Al frente, con las gaitas, encabezaban los tres estandartes: el de la parroquia, en manos de Jesús Sánchez; el de Santa Ana, portado por Mateo Rodríguez, y el del otro santo de la localidad, San Antolín, llevado por Enrique Cuétara. Tras ellos, la ofrenda a hombros de cuatro porruanos y entre dos largas hileras de aldeanas. Al fondo, la imagen de la santa llevada con solemnidad por los miembros de la comisión de festejos. 

Una vez devuelta la venerada imagen al templo, tuvo lugar una sesión de bailes regionales, destacando el popular Xiringüelu de Naves. El campo del Polledu sería el otro gran protagonista de la jornada. Allí se celebró la tradicional comida campestre a la que seguiría una multitudinaria romería con la famosa espicha de Naves, en la que se repartieron más de 3.000 litros de sidra. Para la noche estaba prevista la actuación de la orquesta Nueva Banda y del grupo "Mago de Oz".