Los visitantes dan un sobresaliente a la calidad ambiental de la ruta del Cares

El paisaje y las vistas, lo que más gusta a los usuarios, que reclaman más puntos para beber, mejoras en la seguridad y la señalización y más información

Excursionistas en la ruta del Cares

Excursionistas en la ruta del Cares / Irma Collín

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Los usuarios de la senda del Cares le pone un sobresaliente a la calidad ambiental de esta icónica ruta del parque nacional de los Picos de Europa, que une Poncebos, en Cabrales, y Caín (León). El 75% de los visitantes no observa durante el recorrido impactos ambientales. Es una de las conclusiones de la exhaustiva investigación encargada por los rectores del espacio protegido para determinar la capacidad de acogida de la senda, que propone limitar la ruta a 1.078 personas al día en verano, 770 en invierno y 924 en primavera y otoño, a la que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA.

Los autores del estudio, no obstante, consideran "significativo" que el 25% restante sí detecte impactos, y "muy importante" analizar "el tipo de impactos que identifican y los lugares donde indican que los han detectado". La mayoría de los impactos, el 68% de los señalados por los visitantes, tiene que ver con la basura observada en el recorrido (papeles, excrementos, plásticos, latas, mascarillas, colillas, etcétera). Destacan también las pintadas en rocas y en las señales del parque nacional (16%), así como la colocación de pegatinas en estas señales o carteles de la ruta (4%).

Los perros sueltos son también identificados como impactos por el 5% de los usuarios. "No debemos olvidar que está prohibido llevar perros sueltos, al igual que utilizar la bicicleta en la ruta, también identificado, como impacto, por otro 2%", recoge el informe. Otros impactos son identificados por un porcentaje más bajo de personas: dar de comer a las cabras cimarronas (3%), gritar (1%) y la erosión en los senderos (1%).

Los autores del estudio encargaron también a las personas que realizaron las encuestas a los visitantes la tarea de anotar los impactos o actividades nocivas que pudieran observar durante el tiempo que estaban realizando su trabajo en la zona. Los resultados son diferentes a los aportados por los senderistas. Así, el 87% de los impactos detectados por ellos se refiere a la presencia de perros sueltos. "En muchos casos estos animales obstaculizan el paso de otros visitantes o los podían intimidar, con el peligro que esto supone en una ruta con las características la senda del Cares (estrecha, gran desnivel, etcétera)", recoge el informe. Otros impactos observados por los autores del trabajo de campo son: extracción de ejemplares vegetales o golpearlos (10%) o hacer carreras obstaculizando el paso de personas (3%).

La valoración que hace el visitante de la senda del Cares de los diferentes equipamientos, infraestructuras o servicios del espacio protegido, es positiva, con porcentajes de aprobación ("muy bien" y "bien") que superan el 90% en algunos aspectos. Es el caso de la valoración sobre la calidad ambiental del entorno, con una aprobación mayoritaria del 98%, de los miradores (95%), de la limpieza (91%), de las carreteras de acceso o de los senderos (92%).

Los aspectos que presentan valoraciones más bajas son los aparcamientos, los baños y la cantidad de visitantes, donde una buena parte de los encuestados señala que son solo "aceptables" o directamente que están "mal". Así lo percibe un 34% ese los usuarios en el caso de los parking, un 23% con los baños y un 22% por la cantidad de visitantes. "El caso de los baños es llamativo, ya que no existen baños públicos en la senda ni en los inicios de esta", destaca el informe, que aclara también que solo valora este equipamiento el 35% de los entrevistados. "Se supone que la queja de los usuarios viene determinada por esta ausencia", exponen los autores.

"El paisaje y las vistas", "el desfiladero del río Cares", la "naturaleza" en su conjunto y los "pueblos" son los elementos del entorno que más atracción provocan entre los visitantes, según los resultados de la encuesta.

Según recoge el informe, entre los aspectos que el visitante mejoraría, destacan, sobre todo, y en orden de importancia, "más puntos de agua y fuentes para beber", "mejorar la seguridad de la zona", "más baños públicos", "más información" (sobre el área protegida, sobre la ruta, sobre los kilómetros que faltan para llegar al punto final, más mapas de situación, información sobre la prohibición de las bicis o dar de comer a las cabras, etc.), "mejorar la señalización" (más y mejores señales sobre la ruta, mantenimiento y renovación de las señales), "más y mejores zonas de aparcamiento para vehículos", "mejorar el transporte público" (mayor frecuencia de autobuses), "limitar el aforo de la senda del Cares", "implantar un sistema de aviso climatológico" o dar "recomendaciones para hacer la ruta de forma segura".

El equipo redactor de la ruta pedestre asturleonesa, cerrada desde ayer hasta el jueves al público por trabajos de revisión de una pasarela, estuvo integrado por Javier Gómez-Limón García y Diego García Ventura, de la Oficina Técnica de Europarc-España-Fundación Interuniversitaria Fernando González Bernáldez para los espacios naturales. El trabajo de campo (encuestas y censos) fue realizado por Moisés de La Calle y Guillermo Reguero. Se realizaron 661 cuestionarios.

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