Faltan tres millones del desfalco de Cangas de Onís (y esto sospechan los auditores sobre su paradero)

Los analistas del "caso Pastor" tienen dudas de que los perjudicados lo sean realmente, al ser íntimos del acusado director bancario de Cangas de Onís

Manuel Mori durante el juicio.

Manuel Mori durante el juicio. / Miki López

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

"Los perjudicados perdieron cinco millones de euros, y a los beneficiarios se les entregaron dos millones. Faltan por tanto tres millones de euros que no sabemos a donde fueron. La operativa de Mori era muy compleja, era como si tuviera otra caja fuerte en casa. Saqué como conclusión que Mori tenía metido ese dinero en algún lugar, quizá en terrenos para operaciones inmobiliarias", aseguró este jueves el jefe del equipo de auditores que analizaron las cuentas de la sucursal del Banco Pastor dirigida por Manuel Mori, para el que solicitan ocho años de cárcel en el juicio que se viene desarrollando en la sección segunda de la Audiencia Provincial. Este auditor llegó a asegurar que Mori y un inversor asturmexicano que figura como perjudicado –perdió, según declaró, 800.000 euros–, tenían "posiblemente" intereses en común.

El mismo auditor indicó que "Mori colaboró inicialmente facilitando unas listas manuscritas de nombres de perjudicados y beneficiarios con la respectivas cantidades", un elenco que fue variando con el tiempo, añadiendo más nombres. "Cuando quisimos reunirnos con los beneficiarios y pedimos recopilar los reconocimientos de deuda, Mori comenzó a marear y a dar largas. Al final de la investigación dejó de colaborar. Mori pudo estar diciéndonos lo que quiso, dirigiendo la investigación,", añadió.

Este experto explicó el dilema al que se enfrentaron durante la investigación, lo que evidencia la dificultad de este caso: "Quizá no todas las reclamaciones sean ciertas, porque muchos eran amigos íntimos de Mori. Se han pagado a los clientes los reintegros realizados sin la firma del titular (un millón y medio de euros), pero que un reintegro no tenga firma no tiene por qué ser irregular, del mismo modo que no todos los reintegros con la firma del titular tienen por qué haber sido reales, porque hay indicios de que hubo firmas en documentos en blanco.

Del mismo modo, tampoco se sabe qué uso se dio al dinero. Hay unos beneficiarios que habrían recibido dos millones de euros, pero no tenemos la certeza, salvo que ellos lo reconozcan. Hay personas que reclamaron que tenían traspasos a sus propias cuentas, clientes que reclamaban y luego también era beneficiarios. Los movimientos de Mori eran constantes de un cliente a otro, difíciles de seguir", añadió el auditor, al que los letrados asaetearon a preguntas durante una hora.

Este jueves también declararon dos hermanas residentes en Miami cuyas cuentas fueron esquilmadas y que admitieron haber firmado papeles en blanco a Mori. Otras dos testigos reconocieron que Mori les había prestado 1.800 euros, pero cuando supieron que el préstamo no había sido legal, y que el banco no sabía nada, decidieron devolver el dinero. Otra, a la que supuestamente prestaron 5.000 euros, adujo que tenía problemas psiquiátricos y no se acordaba.

Un asesor, que estuvo ayudando a los auditores al principio del escándalo, aseguró que éstos estaban por la labor de devolver todas las cantidades reclamadas, pero el banco decidió que se devolviesen sólo los reintegros sin firma del cliente. También declaró un amigo de Mori al que éste convenció para pedir un préstamo de 72.000 euros, cantidad que entregó al bancario. "Solo me devolvió 30.000", se dolió. Declararon varios empleados de la sucursal y quien fuera director del Pastor en Asturias, Vicente Rubio Menéndez: "No detecté ninguna irregularidad, Mori era un grandísimo comercial, amigo de todos, incluso del arzobispo".

El juicio, que se celebra en la sección segunda de la Audiencia Provincial (Penal) de Oviedo, se reanudará el próximo martes.