Armando Montes: "Mi carrera no fue corta. Pasé muchos años cantando por el mundo y fui muy feliz"

El cantante de tonada recibió el pasado sábado un caluroso homenaje en Panes a sus 89 años

El cantante de tonada asturiana Armando Montes de joven

El cantante de tonada asturiana Armando Montes de joven / R.J.Q.

J.Quince

Armando Montes hizo de su pasión su profesión, llevando en la garganta la tonada asturiana por buena parte de la geografía mundial. La suya es una carrera profesional que lo ha convertido en "uno de los más grandes" en su ámbito. Por ello, el pasado fin de semana, la Asociación El Cantu la Jorma, de Suarías, quiso dedicarle un sentido homenaje durante la celebración del festival folclórico que tuvo lugar en la localidad de Panes, en Peñamellera Baja.

Hoy, a sus casi 90 años, Armando ya no canta, pero continúa rebosando vitalidad y buen humor mientras recuerda su larga trayectoria musical que tantas alegrías le dio: "Mi carrera no fue corta. Pasé muchos años cantando por el mundo y fui muy feliz", resume.

Nacido en Bimenes en 1934, este artista asturiano procedía de una familia trabajadora vinculada al campo y a la minería, por lo que antes de dedicarse al canto, poco tardaría en seguir los pasos de su padre e iniciarse como minero. Armando dedicó 14 años de su vida a la mina, con una obligada ausencia para cumplir el servicio militar, y hasta que las explotaciones de la cuenca comenzaron a cerrar.

Armando Montes, con el galardón del homenaje del pasado sábado en Panes.

Armando Montes, con el galardón del homenaje del pasado sábado en Panes. / J. Q.

Entonces cambió al sector de la construcción, pero ese tampoco sería su destino. Un inesperado accidente truncaría la continuidad en su trabajo, dando un giro de 180 grados a su vida: "Fue sobre la década de los 60 cuando me retiraron por la columna y me vi obligado a quedar en reposo. En ese momento todo cambió y decidí que era el momento de meterme en la tonada", cuenta.

Su afición a la música asturiana, no obstante, le viene de mucho antes. Ya de crío se emocionaba escuchando esos tradicionales cantares por el pueblo: "Siempre me gustó mucho escuchar a los cantantes como Juanín de Mieres, pero también recuerdo escuchar a los vecinos en los bares. Era algo que me llegaba muy dentro", recuerda, "yo pensaba en si alguna vez podía llegar a algo en la música, si no muy arriba, por lo menos que la gente supiera quién era".

Pocos años más tarde, aquel niño amante de la tonada vería su ilusión hecha realidad. "Arranqué a razón de mis posibilidades. Antes no era como ahora que lo tienen más fácil porque hay una preparación. De aquella nadie nos enseñaba nada y uno tenía que tirar solo para adelante", explica. Comenzó a participar en distintos concursos, incluso ganando muchos de ellos, como en 1971 cuando quedó campeón de Asturias de tonada, "parecía que la cosa no iba mal, y empecé con las grabaciones", añade.

Su carrera despegó, llegó a grabar más 70 canciones, aunque lo más importante para él, dice, fue "conocer un poco de mundo". Viajó a muchos países, contratado por los centros asturianos, portando un trocito del corazón de Asturias allá donde le llevara el viento, incluso al otro lado del charco: "En el extranjero hay mucha afición. Allí había gente que no había venido en años a España. Yo llegué a ver señores llorando de emoción mientras cantaba, porque recordaban la tierra", rememora. "Era mucha satisfacción, dinero como tal no se ganaba mucho, pero se ganaba menos si no cantaba".

Tuvo aun así tiempo para casarse con el amor de su vida, Josefina Peruyero. Hoy, ya viudo, vive en Nava y sigue disfrutando de la tonada, aunque considera que ya no se le da tanta importancia como antes: "Los cantantes de tonada antes éramos mucho mas apreciados. Me acuerdo que no dábamos abasto en las fiestas y todo el mundo te saludaba y te aplaudía. Ahora pasan más desapercibidos, y eso que hay muy buenos artistas", señala.

Armando Montes se sintió muy honrado con el homenaje celebrado en Panes el pasado sábado. No es el primero en su honor, y tampoco será el último.