Los acusados de verter purines en la cueva del Pindal desconocían la contaminación
El promotor y el titular de una explotación ganadera en Ribadedeva, acusados por unos vertidos de purines a la cueva prehistórica de El Pindal, negaron este miércoles haber realizado obras en los terrenos y aseguraron desconocer que éstos afectasen a la cueva.
Los acusados, que se enfrentan a seis años y tres meses de cárcel, declararon en la primera sesión del juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal número 3 de Oviedo. Según el fiscal, pusieron en marcha la explotación a mediados de los 90 en suelo no urbanizable de protección de costas sin ajustarse a las condiciones de la licencia municipal. Construyeron un camino de acceso a los comederos del ganado que varió el cauce del arroyo, lo que originó que, en octubre de 2019, una crecida provocara un socavón que supuso la entrada en la cueva de gran cantidad de purines.
El promotor negó haber realizado obras, solo una reparación del camino. Negó la existencia de acumulación de purines, ya que los limpiaba. "No vienen de ahí, vienen de Pimiango", añadió. Además, "nunca" recibió avisos de la Administración. "No sabía que por debajo pasaba la cueva. Nadie me avisó de que fuese una finca de especial protección", dijo el titular de los terrenos. La guía de la cueva de El Pindal relató que, tras la inundación, había un "olor intensísimo" a estiércol que parecía casi tóxico".
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