Javier NEIRA

La tertulia se celebró en la tarde de ayer, en el auditorio Príncipe Felipe de Oviedo.

PALOMA MURO DE ZARO. Si se quiere resumir en una frase la función del lunes, se podría decir que Haendel nos invitó a una gran fiesta. La mezzo, Alice Coote, en el papel de Ariodante, estuvo fenomenal en las seis arias y, sobre todo, en la del segundo acto, tan bonita, que cantó maravillosamente.

FERNANDO BALBUENA. Maravillosa función. La música barroca es muy difícil de cantar y fue un éxito.

JOSÉ LUIS SAGARMÍNAGA. Ya, pero no me sonaba el italiano en que cantaban.

FERNANDO BALBUENA. Es que cantaban en un mal italiano. La tengo oído en inglés en Salzsburgo, pero lo habitual es que se cante en italiano.

PALOMA MURO DE ZARO. En España hasta hace poco no se valoraban estas óperas.

JULIO CARBAJO. Ni en Europa.

FERNANDO BALBUENA. En Inglaterra, sí.

PALOMA MURO DE ZARO. Bueno, ahora no hay castrati.

JULIO CARBAJO. Influyen las modas.

FERNANDO BALBUENA. A mi generación le correspondió una educación musical centrada completamente en el romanticismo. Incluso Mozart estaba algo desplazado.

JOSÉ LUIS SAGARMÍNAGA. Era un compositor casi raro si consideramos la ópera que se ofrecía.

FERNANDO BALBUENA. En el órgano de la iglesia de Sabugo tocaban la «Tocata y fuga» de Bach y eso era prácticamente lo único que se oía de Bach.

PALOMA MURO DE ZARO. De todos modos, sigue existiendo una cierta lucha entre barroquistas y románticos. No se han superado algunas posturas tradicionales enquistadas.

JULIO CARBAJO. La afición del Campoamor tiene sus gustos fijados, por así decir, entre Puccini y Donizetti. La ópera italiana primaba. Wagner no gustaba y Strauss, que es la maravilla de las maravillas, tampoco. La política que se está siguiendo ahora, mucho más plural, abre los ojos a mucha gente.

FERNANDO BALBUENA. La educación musical fue fundamental.

JULIO CARBAJO. Relativamente, porque muchos hemos sido autodidactas.

FERNANDO BALBUENA. En el colegio se iniciaba la gente.

PALOMA MURO DE ZARO. En el Filarmónica y en el Palacio Valdés lo que se ofrecía era romanticismo y más romanticismo. Pero el aficionado debe ser mucho más abierto. No es un problema de Oviedo, de Asturias, porque en Barcelona vi una ópera de Monteverdi y la gente salía echando pestes.

JULIO CARBAJO. La afición aquí es centenaria, pero no tiene una tradición de apertura.

PALOMA MURO DE ZARO. Pues en el Campoamor los cuatro grandes éxitos de estos últimos años fueron «Jenufa», «Tristán e Isolda», «Elektra» y «Ariodante».

JULIO CARBAJO. Y un poco antes, el «Orfeo» de Monteverdi.

JOSÉ LUIS SAGARMÍNAGA. Visualmente, la mejor de todo ese grupo de óperas ha sido «Ariodante».

FERNANDO BALBUENA. De todos modos, el vestuario era del XVII o del XVIII, huye del tiempo en que se desarrolla y eso es una falta de respeto al libretista y al público. Sólo al final aparece un personaje con una armadura propia de la Alta Edad Media. Un vestuario inadecuado y, claro, eso no tiene mucha lógica.

JULIO CARBAJO. Pues a mi gusto, era bonito y no descontextualizó la ópera.

JOSÉ LUIS SAGARMÍNAGA. Un poco sí, creo que sí.

FERNANDO BALBUENA. En el siglo IX no pintan nada esas pelucas y esas levitas.

PALOMA MURO DE ZARO. Más allá del vestuario, la lucha espiritual expresada en los sueños del final del primer acto estuvo excelente.

JULIO CARBAJO. Lo mismo se puede decir del tercer acto.

PALOMA MURO DE ZARO. Cantó muy bien el pasaje de la impudicia, donde no sabe qué pensar en un mar de dudas.

JOSÉ LUIS SAGARMÍNAGA. La orquesta hubiese estado mejor con instrumentos de época. Además, a veces el canto no iba con la música. Una música barroca con un canto que iba un poco a rastras.

PALOMA MURO DE ZARO. La música fluyó fácil desde la batuta. De todos modos, aprecié algún desliz técnico en la orquesta.

FERNANDO BALBUENA. La orquesta no tenía el sonido barroco. El director hizo maravillas, sólo le falto subir al escenario y cantar.

PALOMA MURO DE ZARO. Claro, porque no es una orquesta barroca.

FERNANDO BALBUENA. Es prácticamente una orquesta de cámara.

JOSÉ LUIS SAGARMÍNAGA. Parece increíble que no se hubiese puesto esta ópera hasta ahora.

PALOMA MURO DE ZARO. Cuentan las modas, como se comentaba antes. Ha sido muy importante, de todos modos, la discografía, que rescató títulos y gracias a eso ahora se ofrecen títulos como éste.

FERNANDO BALBUENA. La ópera, en tiempos de Haendel, era para la nobleza y el alto clero. Pasaban tres o cuatro horas encantados, comían y hacían cosas que no se pueden repetir.

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