Cualquier disculpa es buena para ir a Bilbao a tomar un chacolí gorri de Bakio. De paso, fui a ver a Anish Kapoor, graduado en Londres, posminimalista de formato gigante; es curioso cómo lo esencial, lo minimista (más que minimalista), el ascetismo de la forma y del color, necesita grandes marcos y los altísimos paneles del Guggenheim. Vi los experimentos y cagadas del de Bombay, algunas de cemento, pero me impactó «Yellow», sumamente inquietante, un cuadro amarillísimo, de 600 x 600 x 300 cm., tridimensional pues y más profundo que «Las Meninas». Merece la pena contemplar su hondura. ¡Qué misterio de forma y color! ¡Qué perfección! ¡Qué manera de sacar rendimiento a un agujero! Nuestras autoridades deberían pintar la crisis de amarillo, y el Musel, los túneles de la Variante de Pajares, Villa Magdalena, el HUCA y el felpudo de «Tola».