David ORIHUELA

Aún falta firmar los contratos, pero los promotores inmobiliarios que este fin de semana participaron en la Feria del stock que se celebró en la plaza de Trascorrales están satisfechos. Juan Ignacio González, de la firma 37 Grados, responsable de la organización, cifró en 3.000 el número de visitantes que desde el viernes por la mañana hasta ayer a las nueve de la noche se acercaron a Trascorrales. González reconoce que es menos público que el año pasado, cuando fueron 4.800 los visitantes, pero insiste en que este año los que acudieron a la Feria del stock tenían más intención de compra. El perfil de los compradores es el que forma una pareja joven que busca un piso de dos habitaciones y que no tiene preferencias en cuanto a la zona de Oviedo donde quiere vivir, aunque sí ha habido muchas consultas sobre la zona de Prado de la Vega, también porque es uno de los barrios de Oviedo donde más se está construyendo. El precio medio de esa viviendas es de unos 130.000 euros.

En el encuentro participaron quince inmobiliarias, que establecieron contactos comerciales con una media de 70 clientes cada una, aunque las hubo que llegaron a recibir más de 200 solicitudes de información. Todo se concretará en las próximas semanas, cuando los organizadores calculan que se cerrará casi medio centenar de contratos.

Juan Ignacio González ha comprobado que este año los clientes acudieron a la feria «con intención real de comprar» y con la convicción «de que los precios no van a bajar». Según el organizador, «ya no hay tanto curioso ni clientes en busca de chollos». «Los compradores siguen buscando la oportunidad, pero son conscientes de que no hay chollos», insiste.

Los comerciales de las empresas inmobiliarias han estado a pleno rendimiento durante el fin de semana, y no sólo en Trascorrales sino que algunos compradores han solicitado visitar casi en el momento algunos pisos del millar que se ofertaba en la feria.

Los clientes tienen también muy claro lo que buscan y están informados de la situación actual del mercado. Según afirman los promotores, «ha habido personas en la feria que ya habían estado solicitando información el año pasado y que aún no han comprado la vivienda».

En la feria se han presentado principalmente promociones en Oviedo, pero también había la posibilidad de comprar una vivienda en Luanco, Llanes, El Entrego o Salas. También acudieron compradores de otros concejos asturianos como Ibias o Cangas del Narcea.

La feria se cerró a las nueve de la noche de ayer con la satisfacción de los promotores y con la convicción de que este tipo de eventos sirven para acercar a los empresarios y a los clientes en estos momentos difíciles para el mercado.

La calle Uría se alquila

D. ORIHUELA

No es habitual, pero «lo será a partir de ahora». En la calle Uría, la zona más cara de Oviedo, las fachadas y ventanas están tapizadas de carteles que anuncian la venta o el alquiler de pisos. La mayoría son oficinas grandes, entre 200 y 300 metros cuadrados, difíciles de alquilar, según explica Ángel Martín Caro, gerente de la inmobiliaria Martín Caro. Pero no sólo se alquila lo que se anuncia. Algunas empresas están negociando operaciones de traspaso o venta de sus oficinas sin que lo sepan los empleados. Con el dinero que logren podrán ajustar plantilla y pagar despidos o deudas pendientes.

Los recortes de gastos en las compañías llegan al punto de que algunas han dejado esta céntrica calle ovetense para trasladar sus oficinas a otras zonas de la ciudad y ahorrarse entre 50 y 100 euros de alquiler. «El mercado está como está», explica el responsable de la inmobiliaria especializada en locales en el centro de Oviedo y en alquiler a multinacionales. ¿Y cómo está? Pues en realidad no hay mercado. Los precios se han reventado y casi ya no hay reglas, «hemos llegado a que las cosas valen lo que se paga por ellas». En un mismo edificio en el centro de la ciudad se pueden encontrar dos oficinas en alquiler exactamente iguales, pero con una diferencia del precio del 30 por ciento. Depende de la necesidad que el propietario tenga de alquilar. Un ejemplo. Un piso de 150 metros cuadrados en la calle Uría se alquila por 800 euros al mes. El propietario no quiere bajar la cuota, pero en la inmobiliaria le advierten de que no lo alquilará por más de 650 euros mensuales. Hay propietarios de locales que prefieren que queden vacíos durante meses, incluso años, antes que bajar los precios, «pero eso ocurre cada vez menos porque hay que pagar el IBI y la comunidad y al menos hay que sacar para estos gastos», explica Martín Caro.

Otro ejemplo. Una empresa textil que acaba de instalarse en la calle Pelayo. El local tenía hace tres años un alquiler mensual de 16.000 euros, ahora la multinacional paga 11.000 euros. Son las grandes empresas las que están tirando del sector, en especial en los locales más caros, porque son las únicas que se pueden permitir pagar alquileres astronómicos e inalcanzables para un pequeño empresario.

En cuanto a particulares, un apartamento en la calle Uría, en la zona más cercana a la estación del Norte, con un dormitorio y salón-cocina, tiene un precio de 375 euros al mes. Aun así no son muchos los ovetenses que apuestan por vivir en Uría, ya que lo habitual es que se opte por otras calles céntricas como Gil de Jaz o Asturias, los precios son más o menos los mismos, pero se busca más tranquilidad y servicios de los que hay en la calle Uría.