"Sin tabús". Ésta fue la expresión empleada ayer por el consejero de Sanidad del Principado, Francisco del Busto, para explicar la actitud con la que, en breve, acometerá uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta en este mandato: la reducción de las listas de espera quirúrgicas, de consultas y de pruebas diagnósticas. La pregunta que surgía de inmediato estaba cantada. ¿Significa esto que hasta ahora sí había tabús en el modo de afrontar este problema?

Vayamos por partes, y con las declaraciones textuales dadas por Del Busto en el marco de la firma de un convenio entre su Departamento y la Federación Asturiana de Concejos. La pregunta versaba sobre lo que el titular de Sanidad ha citado como una de sus tres prioridades para el mandato que acaba de comenzar: las listas de espera (las otras dos son pacificar el sector sanitario y potenciar la red de atención primaria).

Respuesta: "En breves días o semanas plantearemos todas las situaciones. A los sindicatos les hemos dicho claramente que no tenemos ningún tabú en escuchar, oír y llegar a acuerdos en todas las líneas que podamos trabajar". Contrapregunta: ¿Es que antes había tabús? Respuesta: "No. Simplemente que yo no voy a tener ningún tabú en escuchar y analizar todas las propuestas, y en tomar decisiones. Es algo personal, no tiene nada que ver con etapas anteriores o etapas futuras".

Toda pregunta y toda respuesta tienen su contexto. En el campo de las listas de espera, una de las grandes controversias de la anterior legislatura fue la generada por la decisión de la Consejería de Sanidad de suprimir drásticamente las horas extraordinarias ("peonadas", en el argot sanitario), medida que ocasionó una notable pérdida retributiva para determinados profesionales de la sanidad pública, principalmente médicos.

Francisco del Busto abundó sobre el asunto, poniendo de relieve que las medidas que se adopten estarán fundamentadas sobre datos rigurosos. "Se está haciendo un estudio y ya está habiendo resultados sobre las cargas de trabajo completas de los hospitales y de los centros de salud, sobre las plantillas, sobre las jornadas... En base a eso trabajaremos sobre los rendimientos en hospitales, consultas, plantas, salas de pruebas... Y a partir de ahí tendremos una foto fija que podrá permitirnos avanzar en las listas de espera", subrayó.

Remedando los argumentos de su antecesor, Faustino Blanco, el consejero de Sanidad aseguró que, "sin lugar a dudas, [las demoras] claramente han disminuido en los últimos meses y son perfectamente comparables con las del resto del territorio español". Pese a lo cual, "no hay por nuestra parte ninguna autocomplacencia: consideramos que en todo lo que sea lista de espera debemos trabajar y seguir mejorando".

Francisco del Busto fue preguntado, asimismo, por la polémica causada por las declaraciones de los máximos responsables regionales de UGT y Comisiones Obreras, quienes pidieron que el personal sanitario -incluidos los médicos- trabaje "a tres turnos, igual que se hace en la siderurgia". El Consejero tiró por la tangente: "Lo que me trasladan los sindicatos, y comparto plenamente, es la preocupación por la sostenibilidad del sistema sanitario". Y agregó: "¿Cómo no voy a entender la postura de sacar la máxima rentabilidad a la alta tecnología y a los recursos? Pero también les trasladé, con una aquiescencia clarísima por su parte, que el mejor recurso de nuestro sistema sanitario, sin duda alguna, son nuestros profesionales".

El titular de Sanidad afirmó que desconoce los detalles de una denuncia del Comité Ciudadano Antisida de Asturias, relativa a una supuesta falta de asistencia sanitaria a un enfermo de sida -y también infectado de hepatitis- que permanece interno con carácter preventivo en el centro penitenciario de Villabona, con la salud gravemente deteriorada. Del Busto anunció la próxima firma de un convenio con Instituciones Penitenciarias, que completa otro acuerdo suscrito hace años, en virtud del cual la Consejería se compromete a prestar "una atención integral" a los internos de Villabona.

Muy crítico se mostró Francisco del Busto con la decisión del Gobierno central de elevar de 16 a 18 años la edad legal para poder autorizar o denegar tratamientos médicos. El consejero de Sanidad acusó al Ejecutivo de Mariano Rajoy de "no confiar en los jóvenes", de ejercer "el paternalismo" y de contravenir las líneas que marca la Comisión Europea.