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XIII Jornadas de infancia y adolescencia en riesgo social

La Fiscalía alerta de un repunte de las agresiones de adolescentes a sus padres

"Una niña maravillosa no se convierte en una cafre violenta de la noche a la mañana, la educación es el principal problema", advierte Caldevilla

El público durante la entrevista. N. O.

El fiscal de menores del Principado, Jorge Fernández Caldevilla, alertó ayer de un repunte en las agresiones de adolescentes a sus padres. Al contrario de lo que sucede con los delitos que se registran fuera del ámbito familiar, cometidos mayoritariamente por varones, en casa las chicas insultan y pegan a sus padres en la misma medida que los chicos. El fiscal de Menores realizó ayer estas apreciaciones en el marco de las XIII Jornadas de infancia y adolescencia en riesgo social, que organiza la asociación "Trama". Lo hizo, además, en un formato distendido, imitando el programa de televisión "Viajando con Chester", que sentó a Fernández Caldevilla en un sofá junto a la periodista de LA NUEVA ESPAÑA Elena Vélez, encargada de formularle las preguntas planteadas previamente por los asistentes a las jornadas, vía "Whatsapp". El fiscal se sintió cómodo desde un principio con la puesta en escena y realizó confesiones como que, cuando era joven "la lío alguna vez" y consumió "esporádicamente algún porro", pero nunca le encontró el gusto.

Para abundar en el problema de la violencia de menores en el ámbito familiar, el fiscal explicó que el relato de los hechos siempre es el mismo, aunque los factores son distintos. "Un chico o una chica reaccionan contra sus padres porque no les permiten hacer una cosa. Los insultan, rompen cosas y llegan incluso a pegarles. En muchos casos pertenecen a familias normalizadas, pero han recibido una educación consentidora, o con criterios divergentes entre el padre y la madre. Otras veces hay problemas detrás, como una infancia de violencia o trastornos de la personalidad. Pero el más común es un problema de educación: una niña maravillosa no se convierte en una cafre violenta de la noche a la mañana", explicó Fernández Caldevilla.

El fiscal de menores también se refirió a los peligros derivados del mal uso de las redes sociales. "Se pone al alcance de los niños una herramienta poderosísima, que lleva a nuevos tipos delictivos, como el acoso", indicó. "No es lo mismo que te insulten a la cara que sufrirlo con comentarios a través de las redes sociales, que llevan a un desprestigio mayor", añadió Fernández Caldevilla, que citó el ejemplo de una niña de once años que distribuyó en las redes sociales fotografías íntimas masturbándose que acabaron en los móviles de todos sus compañeros de clase. "Vemos cosas como esta que nos escandalizan; desde muy jóvenes demuestran una falta de respeto total hacia su intimidad, sin ser conscientes además de la repercusión", manifestó el fiscal de Menores. "La educación es esencial, porque es la única forma de prevención, tanto en el ámbito escolar como en el familiar", añadió.

Jorge Fernández Caldevilla también defendió que Asturias es una comunidad con índices muy bajos de delincuencia juvenil y que, por fortuna, los delitos más graves representan un porcentaje pequeño. "Al centro penal de menores de Sograndio van al año 30 de los 500 casos que terminan en expediente con medidas en régimen abierto", explicó el fiscal. En total, a su departamento llegan cada año alrededor de 1.400 denuncias al año.

Los participantes en las jornadas también preguntaron a Jorge Fernández Caldevilla cuál había sido, en toda su carrera, el peor caso al que se había enfrentado. No dudó ni un segundo: el crimen de Vallobín. En 2009 al fiscal le tocó instruir la participación de una menor en el horrendo suceso, por el que fue condenada a la pena máxima contemplada por ley: diez años de internamiento. "Lo que pasó en aquella casa supera a cualquier película de terror. La menor implicada está todavía en Sograndio, nunca ha dado problemas y su conducta es impecable. Cuando uno la ve parece imposible que haya podido participar en un crimen tan horrendo", indicó.

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