La complejidad del montaje del puente de La Florida fue uno de los primeros escollos para su inauguración. Al poco de comenzar la obra quebró la empresa que proveía de chapa a la constructora. Más tarde hubo problemas para conseguir los cables del puente, encargados a medida a una empresa con sede en Italia. A principios de 2015, el anterior equipo de gobierno municipal (PP) aseguró a los vecinos que abriría la pasarela antes del 25 de mayo. Pero entonces surgió un imprevisto con el tensado de los cables (péndolas) que sujetan la estructura, así que hubo que posponer su puesta en funcionamiento hasta que los técnicos diesen el visto bueno.

Durante abril y mayo, hasta una treintena de especialistas trabajaron para conseguir que las cargas de los 48 cables de acero trenzado -27 de retención y 21 de suspensión- desembocasen en el mismo punto: el mástil central de 33 metros de altura que se ha convertido en el símbolo de un puente con un sistema de montaje innovador. El puente de La Florida consta de dos pasarelas exentas peatonales, una rotonda, y un vial para el tráfico rodado. Además, cada uno de ellos está hecho de diferentes materiales, desde hormigón a metal.