Para sacarle el mejor partido a una caña de cerveza "hay que dejar correr un poco el grifo, colocar la jarra formando un ángulo de 45 grados y acabarla con la espuma que sale del barril, nunca agitar el recipiente en el que se sirve para conseguirlo". Las recomendaciones son de Fernando González, que ayer las llevó a la práctica en infinidad de ocasiones durante la segunda jornada del "OktoberOviedo", el festival de la cerveza patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA que estará abierto hasta el domingo en La Corredoria. Y es que Fernando -al igual que el resto de los trabajadores que atienden los nueve puntos de venta instalados en la carpa de la Plaza del Conceyín- tuvo que emplearse a fondo para poder hacer frente al aluvión de clientes que se sumaron a la fiesta. "Durante la noche de ayer (por el miércoles) ya hubo muchísima gente y hoy va por el mismo camino", explicaba sin parar de moverse detrás del mostrador. Los organizadores esperan aún más gente durante el fin de semana.

Sandra Rodríguez y Mihaela Preotescu también se ganaron ayer el sueldo. "No paramos de vender, sobre todo cervezas tostadas y de trigo. El primer día estuvimos hasta las dos y media de la mañana sin parar, echamos la última caña justo antes de que se cerrase la carpa", asegura Rodríguez. Ayer, a las ocho y media de la tarde, ya casi no se cabía en el recinto. "Hay muy buen ambiente y eso atrae a la gente. Me parece que han acertado y que ha sido muy buena idea organizar un festival así en este barrio. La Corredoria necesita un impulso y está visto que si se hacen cosas la gente responde", afirma David Fernández, un vecino del barrio que ayer estaba en la carpa. También acudieron a la cita Tobías González y Marcos Cordero, que dieron buena cuenta de alguna de las trece variedades de cerveza que se ofertan en el festival. " Es el primer día que venimos, pero seguro que vamos a repetir porque nos lo estamos pasando muy bien", explica Cordero. Pablo Rodríguez y sus amigos tampoco quisieron perdérselo. "No pensábamos que iba a haber tanta gente", señala el joven.

Pero en La Corredoria no sólo hay cerveza. Los asistentes también pueden disfrutar con la gastronomía típica alemana que se sirve en el "Oktoberfest", el festival alemán que sirvió de inspiración para el que se está desarrollando en Oviedo. "Estamos vendiendo de todo. Bocadillos, costillas, codillo... Pero sin duda la estrella es un surtido que lleva una salchicha roja, otra blanca y una tercera picante, todo ello acompañado con pepinillos agridulces, cebolla crujiente y patatas. Cuesta nueve euros y pueden comer dos personas", afirma Pedro Iglesias, que trabaja en una de las dos cocinas instaladas en la carpa. No paran de sacar platos. Y sino que se lo digan a Ismael de Diego. "Yo creo que entre los dos días he cortado pan para más de mil bocatas", apuesta.