El urbanista Alfonso Sanz Alduán sostiene que las ciudades están pagando ahora las consecuencias del poder que los gobernantes dieron a los ingenieros. Dice que en los años del "poder de la Ingeniería de tráfico" lo importante era que por las carreteras circulara "el mayor número de vehículos y a la mayor velocidad", con vías de penetración en los cascos urbanos tan agresivas como en La Coruña o San Sebastián o, aunque él no lo cite, la "Y" de Oviedo. Curar las heridas que causan en las ciudades es motivo de preocupación general. Él conoce bien el caso de San Sebastián, en cuyo plan de movilidad ha trabajado, y sostiene que para "dulcificar" esas entradas las ciudades han recurrido a "bulevarizar" -la solución que parece tener más futuro en Oviedo-, reducir la capacidad del vial y abrir procesos de participación ciudadana.

Con una conferencia de Sanz Alduán en el Colegio Oficial de Arquitectos se abrieron ayer los actos de la Semana europea de la movilidad en Oviedo. El experto en Urbanismo, que es además geógrafo y matemático, dio cuenta de las experiencias de algunas ciudades.

Alfonso Sanz Alduán considera que ha llegado el momento de dar un paso más en la peatonalización de las ciudades, de la que Oviedo ya fue pionera a principios de los años noventa, con Gabino de Lorenzo. El urbanista apuesta por "un modelo de integración del peatón en todas las calles, no sólo en el centro histórico". Opina que hay que promover mejoras peatonales, pero sin expulsar de unas zonas unos usos o a unos vecinos en favor de otros. Esa es la forma de evitar que todos los centros urbanos se homogenicen al caer en manos de corporaciones multinacionales que instalan en ellos sus negocios y que los vecinos de siempre salgan huyendo por el encarecimiento de los precios y la invasión de turistas.

"No se puede dejar el urbanismo al mercado", afirma el urbanista, que ha trabajado como consultor en una treintena de ciudades españolas.