La mujer acusada de abandonar a sus tres hijas en su piso del barrio de Pumarín en diciembre del año 2014, María Josefa G. F., se sentará mañana en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 4 de Oviedo para responder por un caso que en su día conmocionó a la ciudad. La Fiscalía del Principado de Asturias solicita para ella una condena de tres años de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad y de los derechos de guarda de cualquier menor o persona con discapacidad, y especialmente de sus tres hijas, durante diez años.

La Fiscalía sostiene que, sobre las diez de la noche del 18 de diciembre de 2014, la acusada abandonó la vivienda dejando solas a las tres niñas. A una de ellas, de tan sólo veinte días, la dejó vestida únicamente con un pañal en una cama matrimonial y sin nada para taparse. A las otras dos (una de 18 meses y la otra de tres años) sólo con un pañal y una camiseta, descalzas, en el salón de la casa. El piso carecía de calefacción y estaba en deficiente estado de conservación, sucio y desordenado, con fuerte olor a excrementos y orines.

Al oír el llanto del bebé durante horas sin que nadie le calmara, una de las vecinas del inmueble llamó a la policía. Eran las cinco menos veinte de la madrugada del día 19. Los agentes se personaron en el domicilio de la acusada y, tras llamar al timbre y no abrir nadie, entraron en la vivienda a través de la puerta de la cocina, que se encontraba abierta y comunicaba por un patio con otro piso cuya propietaria les facilitó el paso. Una vez en el interior, los agentes cubrieron a la más pequeña con una manta para darle calor y la tranquilizaron. Seguidamente entraron en el salón, donde las otras dos niñas estaban sentadas cada una en un sillón, despiertas, sucias, descalzas y apenas vestidas. Una de ellas tenía además una lata de cerveza en sus manos. Las menores se encontraban solas en el domicilio, al menos, desde seis horas antes.

Según la Fiscalía, las niñas estaban deficientemente atendidas por la acusada desde mucho tiempo atrás. Así, la de veinte días "estaba extremadamente delgada, hasta el punto de que se percibía en todo su cuerpo el esqueleto óseo y las articulaciones, tenía mirada ausente y huidiza, realizaba balanceos corporales en todas las posiciones, se tiraba del pelo, que presentaba extensas áreas de alopecia y eritemas, y tenía cicatrices en el área del pañal y cara interior de los muslos por escaso cambio del mismo". Asimismo, se le diagnosticó "anorexia reactiva por el estrés sufrido durante la convivencia con su madre". La pequeña de 18 meses también mostraba "eritemas y cicatrices en el área del pañal y cara interna de los muslos, rechazaba el contacto físico y la proximidad, manteniéndose aislada, balanceándose y mesándose el cabello". Por su parte, la mayor "presentaba escasa ganancia de peso". Esto motivó que, por resolución del Principado de Asturias del 22 de diciembre de 2014, la administración regional asumiera la tutela de las tres menores, suspendiendo a la acusada en el ejercicio de la patria potestad.

Al margen de este proceso, María Josefa G. F. también está acusada de no revelar el paradero de otro hijo suyo, de siete años de edad, que permanece desaparecido. La Fiscalía del Principado de Asturias solicita en este caso 2 años de prisión y 9 de inhabilitación.