A problemas enquistados, viejas soluciones. Ésta parece ser la hoja de ruta que Wenceslao López (PSOE), alcalde de Oviedo, tiene sobre la mesa para dar salida a los problemas endémicos que sufre el Oviedo Antiguo (ruidos, suciedad, envejecimiento...). Y es que López quiere ampliar el número de calles peatonales que ya existen en el casco viejo y recuperar planes de rehabilitación como el del urbanista Francisco Pol -de los años 90 del siglo pasado-. Así lo explicó ayer López durante la charla que ofreció en el biblioteca del Fontán con motivo de la celebración del 50 aniversario de la creación de la asociación de vecinos del Antiguo. López hizo referencia a la necesidad de "estudiar" con los técnicos si es posible peatonalizar calles como Paraíso, Pozos, Mendizábal, Ramón y Cajal, Fruela y un tramo del Rosal, y "cuál sería su impacto en el tráfico". Uno de los objetivos de esta peatonalización sería recuperar la zona baja del Antiguo, a su juicio, la más degradada.

El Alcalde no olvida que el barrio necesita incluir otro tipo de actividades económicas en su "catálogo", y puso ejemplos de los "pequeños hoteles" que hay en los cascos viejos de otras ciudades "y a los que llegas andando con tu maleta de ruedas". La idea del regidor socialista hizo removerse a más de un vecino en su silla y levantar la voz para poner en duda que un negocio así triunfara en una zona afectada por el ocio nocturno y el "botellón". El regidor aceptó el órdago y reconoció que el Ayuntamiento "tiene la obligación de garantizar la convivencia y luchar contra ese mal". "Hay que atajar el botellón", añadió, aunque lamentó que "los padres colaboran poco ya que muchos menores de edad salen con las bolsas de casa. Es una mancha de aceite que se va desplazando". El Alcalde también habló sobre la Fábrica del Gas y la necesidad de replantear el proyecto existente -"hay que hablar con EDP, la propietaria", dijo- para rehabilitar la muralla medieval y hacer un paseo por la calle Paraíso hasta la vieja factoría, tal y como proyecto Francisco Pol tiempo atrás. El político socialista también habló sobre los problemas con los grafitis. "Queremos preparar un plan para pillar a los que pintan y tratar de dar un escarmiento para que cunda el ejemplo", adelantó. López añadió que las pintadas son "una agresión a las fachadas" y que "no son arte, son vandalismo".

Antes de bajar al detalle, López realizó un análisis sobre lo que para él significa el Antiguo. Dijo que el casco antiguo es un barrio con personalidad única, ya que en él "nació Oviedo, y aquí están las raíces de la ciudad". Y que como otros cascos antiguos, reconoció el Alcalde, afronta "el monocultivo del turismo y de la hostelería". Al mismo tiempo, explicó que el Antiguo también ha sufrido "la desaparición del comercio de proximidad. Las grandes superficies han esquilmado al pequeño comercio". Pero dicho esto puso de manifiesto las contradicciones existentes que hay entre los vecinos de todos los barrios, ya que "pedimos que haya pequeño comercio, pero luego compramos en las grandes superficies".

Ya en la esfera de lo personal, el Alcalde reconoció que el Antiguo "es mi séptimo barrio, ya que en él paso buena parte del día trabajando", dijo, para luego repasar la lista de las zonas de Oviedo en las que vivió: La Corredoria, Guillén Lafuerza, Vallobín, La Argañosa, Pumarín y el centro.