Los médicos encargados de la autopsia de Karla Pérez --la joven que murió estrangulada a manos de su expareja en una playa de Melilla-- declararon esta mañana durante la tercera jornada del juicio que la mujer falleció "entre las siete y las ocho de la mañana" del día 10 de julio del año 2016, un informe que de estar acertado indicaría que la mujer seguía con vida cuando el marroquí Abdelwahid Aghbalou se marchó del lugar de los hechos tras haberle apretado el cuello "hasta que bajó los brazos". Las grabaciones de las cámaras del paseo de la playa registraron a la expareja de Karla saliendo del arenal junto al hijo de ambos a las 5.38 de la madrugada, supuestamente después de cometer los hechos, con lo que la joven podría haber permanecido con vida al menos durante algo más de una hora.

A los abogados de la acusación no les cuadran los horarios y consideran que el informe forense "no puede ser exacto". Sostienen que si Karla no hubiese muerto en el acto se habría recuperado del ataque, ya que los médicos también señalan que la joven falleció por estrangulamiento y que fue víctima "de una muerte violenta homicida". No obstante, la declaración de una de las forenses fue contundente: "Yo llegué al lugar de los hechos sobre las ocho y media de la mañana y no había rigidez en la zona de la mandíbula, algo que ya se aprecia 45 minutos después de la muerte de cualquier persona", dijo. Este hecho, de poder probarse, coincidiría con la versión ofrecida por el acusado durante el primer día del juicio, cuando reconoció haber atacado a Karla "por un arrebato" pero dijo que se fue del lugar de los hechos pensando que "sólo se había desmayado" o que creía que no le respondía con la intención asustarle. Este matiz podría ser determinante para que los hechos cometidos por Abdelwahid Aghbalou --para el que las acusaciones piden 26 años de cárcel por asesinato-- sean calificados de homicidio y la condena sea mucho más baja. De hecho, su defensa lo ha añadido a sus conclusiones para tratar de demostrar que su cliente actuó por impulso y que no tenía la intención de matar a su expareja, es decir, que no se cumplen los requisitos para que los hechos sean calificados de asesinato, como la alevosía o el ensañamiento.

El hombre que encontró el cuerpo de Karla, que declaró el pasado viernes, explicó que lo había hallado "entre las siete y las ocho de la mañana" y que se dio cuenta enseguida de que estaba muerta "por el color de su cara". El juicio continuará mañana con las conclusiones de los abogados y, posiblemente, con el veredicto del jurado popular.