El bollo de San Mateo se extiende mucho más allá del Campo San Francisco. Los vecinos de Ventanielles tomaron ayer el entorno del Palacio de los Deportes para celebrar a su manera una festividad que en el barrio se alarga durante cinco días. "Llevamos tres años organizando fiestas por estas fechas. Comenzaron el miércoles pasado y duran hasta el domingo (por mañana). Las llamamos las fiestas del Bollo, pero esta es una iniciativa vecinal, aquí al Ayuntamiento no se le debe nada porque no tenemos subvenciones y lo único que hacemos es pagar por todo lo que instalamos", explica Jesús Barreiro, uno de los colaboradores del colectivo que organiza las fiestas, la asociación "Actividades".

Organizar unas fiestas a la sombra de las de San Mateo no es tarea fácil. En Ventanielles no hay orquestas por la noche y las canciones "para bailar" del DJ que ameniza los festejos se acaban a las once y media de la noche, pero aún así el barrio lleva lleno desde el miércoles. "La gente del barrio está a gusto y tiene el ambiente muy cerca. Aquí también hay cosas para pasarlo bien, de hecho es el único sitio de Oviedo en el que hay carruseles para los niños en San Mateo", señala Jesús Barreiro.

No obstante, ayer fue el día grande en Ventanielles. Los setenta tableros de dos metros y medio instalados en la calle Río Dobra se llenaron hasta arriba a la hora de la comida. "Ya hemos repartido 260 bollos entre los socios. Cada año estamos creciendo más", asegura Josefina Inés Huerta, del colectivo organizador de los festejos. "Nosotros venimos aquí desde que se organiza esta comida. Somos del barrio de toda la vida y preferimos comer el bollo en familia", dice José Fueyo.

Miguel Venegas, que ayer también estaba acompañado por su familia a la mesa, también lo tiene muy claro. "En el Campo San Francisco hay mucho lío. Aquí estamos sentadinos y con todos los nuestros", afirma. El pregón de la fiesta de Ventanielles lo ofreció ayer el boxeador Aitor Nieto. "Iba a ser el miércoles, pero era el Día de América y no íbamos a tener tanta gente", dice Jesús Barreiro.