El galopante deterioro que sufre el mosaico de Antonio Suárez del paseo de los Álamos indigna a los expertos en el Campo San Francisco. Adolfo Casaprima Collera, autor del libro de referencia sobre el "corazón verde" de la ciudad -titulado "El Campo de los hombres buenos"- reclama al gobierno municipal una intervención de urgencia para evitar que los crecientes desperfectos que se aprecian en el mosaico, inaugurado en 1966, se conviertan en irreversibles. A su juicio, se trata de unas obras "muy necesarias" que deberían suponer el inicio de un proceso de recuperación integral del Campo, un espacio que, a su juicio, es víctima de una "desidia total y absoluta" por parte de la administración municipal. Ante esta circunstancia, Casaprima llama a la puesta en marcha de "un movimiento social ovetense" para que el paseo de los Álamos y el parque en su conjunto "recobren la identidad".
Las advertencias sobre el mal estado del mosaico no son nuevas. Varios vecinos ya alertaron hace ahora un año de que las obras ejecutadas en el paseo de los Álamos el verano anterior supusieron una auténtica chapuza. Una visita a la zona permitía comprobar entonces que había piezas cortadas con una radial y otras que habían sido movidas de su ubicación original, así como la presencia de losetas de colores que nada tienen que ver con los originales. Los desconchones que ya se apreciaban en el otoño de 2017 se han convertido ahora en auténticos baches, llamados a convertirse en charcos de entidad en cuanto comience a llover en serio.
"Hay gente que hasta se está llevando piezas del mosaico para casa de recuerdo", advierte el arquitecto y urbanista Felipe Díaz de Miranda Macías, autor del diagnóstico participado del Campo elaborado en 2016. Este experto también alerta sobre la situación "bochornosa" del mosaico de Antonio Suárez. Y lo hace desde una doble perspectiva. Por una parte, considera "imperdonable" que se permita tal "deterioro" de una obra de arte en pleno centro de la ciudad. Por otro, advierte de que se está convirtiendo en un "problema para la seguridad de los peatones". Díaz de Miranda también inscribe el estado actual del paseo de los Álamos en el abandono general del "corazón verde" de la ciudad, que, en sus palabras, "se ha convertido en una especie de trastero que no se cuida y en el que todo cabe". El arquitecto también defiende la necesidad de que la sociedad ovetense se movilice en defensa de un Campo San Francisco que ve "destrozado" y con la identidad "perdida".
Alberto Polledo, escritor y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, ya ha alertado en este diario de la situación del paseo de los Álamos y de todo el Campo, que ve "sangrante". Polledo lamenta que, a la vista de la dejadez que preside uno de sus grandes símbolos urbanos, "Oviedo es una sociedad dormida, en la que parece que a nadie le importa nada". Por tanto, y aunque la considera "necesaria", pone en duda que pueda haber una respuesta social como la que reclaman y defienden Adolfo Casaprima y Felipe Díaz de Miranda.
La rehabilitación integral de la obra de Antonio Suárez en el paseo de los Álamos está incluida en el proyecto de ordenación del entorno del Campo que maneja la Concejalía de Urbanismo y que, salvo sorpresa, no se ejecutará hasta el próximo mandato.
