La Ópera de Oviedo se viste de gala

La temporada lírica asturiana, en su 75.º aniversario, reivindica la pujanza de los jóvenes cantantes españoles con un gran concierto

Los cantantes Carmen Artaza, María Zapata, Antoni Lliteres y Carles Pachón, en primer término, con Lara Diloy dirigiendo a la OSPA desde el podio.

Los cantantes Carmen Artaza, María Zapata, Antoni Lliteres y Carles Pachón, en primer término, con Lara Diloy dirigiendo a la OSPA desde el podio. / Luisma Murias

Jonathan Mallada Álvarez

Jonathan Mallada Álvarez

La Ópera de Oviedo ha decidido celebrar sus tres cuartos de siglo de la mejor manera: con una notable temporada (en la que ha destacado especialmente el estreno de "La dama del alba") y con la gala lírica que se desarrolló anoche en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo puso de manifiesto la buena salud de la que goza la lírica española y que los "jóvenes intérpretes" son, en la mayor parte de los casos, un valor seguro y una realidad evidente más que una prometedora esperanza.

En efecto, cuatro de estas promesas – la soprano asturiana María Zapata, la mezzo donostiarra Carmen Artaza, el tenor mallorquín Antoni Lliteres y el barítono catalán Carles Pachón– fueron las encargadas de interpretar un programa muy atractivo dividido en dos partes bien diferenciadas: la primera, un monográfico sobre oberturas, arias y números de conjunto de óperas mozartianas y, la segunda centrada en los maestros italianos belcantistas (Rossini, Bellini y Donizetti).

Ante un Auditorio abarrotado Lara Diloy empuñó la batuta para extraer de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) una sonoridad adecuada y atractiva, acorde a la efeméride que se celebraba. En esta ocasión, la directora madrileña repetía al frente de la agrupación asturiana tras la ceremonia de entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad de Oviedo, celebrada en el Campoamor. El coro de la Fundación Princesa de Asturias, con una presencia limitada, también se sumó a la fiesta exhibiendo su equilibrio y solvencia en cualquier repertorio.

Pero todo el protagonismo recayó sobre los solistas. La primera mitad dejó unos números de conjunto bien empastados y ajustados, sobresaliendo la mezzo Carmen Artaza en su aria "Parto, ma tu ben mio".

Durante la segunda parte, los artificios belcantistas regalaron a los asistentes vibrantes interpretaciones por parte de cada uno de los solistas. Lliteres (tenor) se desató en "Una furtiva lagrima", mientras que el barítono Carles Pachón caracterizó con maestría y comodidad a Fígaro, protagonista de "El barbero de Sevilla". María Zapata, por su parte, cerró la gala lírica mediante una honda expresividad gracias al célebre "Casta diva". El broche final llegó en forma de propina, mediante la ejecución por parte de todos los intérpretes de un coro de la ópera "Alceste" (Gluck) y el agradecimiento expresado por Diloy y respondido por el público con amplios aplausos que sellaron el éxito de la velada.

Asistentes al concierto, ayer, en el Auditorio. | Luisma Murias

El grupo de la Fundación Vinjoy, con Rivas en primer término, a la izquierda. / O. O.

La Fundación Vinjoy, con los jóvenes cantantes

Un grupo de usuarios de la Fundación Vinjoy, y algunos familiares, acudieron ayer a la gala lírica acompañados por el director gerente de entidad, Adolfo Rivas. El grupo disfrutó extraordinariamente con el concierto y con el desempeño de los cuatro jóvenes cantantes que protagonizaron la velada.

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