Teresa Martínez, 70 años de fidelidad a la cofradía de La Balesquida: “Me apuntaron mis padres nada más nacer”

La cofradía de La Balesquida reparte 1.254 bollos durante la jornada

Multitudinario Martes de Campo en Oviedo

Multitudinario Martes de Campo en Oviedo / Miki López / David Cabo

Cerca de la una de la tarde Teresa Martínez se dirigió a las proximidades de la capilla de La Balesquida para recoger el bollo preñao y la botella de vino. “Llevo 70 años como cofrade. Mis padres me apuntaron nada más nacer y desde entonces sigo pagando la cuota”, asegura la vecina. Martínez acude siempre que puede a recoger el bollo para disfrutar después de la comida y la tarde del Martes de Campo. “Normalmente voy al Campo San Francisco pero hoy quedé con unos amigos en casa”, comenta tras desear, en una mañana soleada pero con previsión de lluvia, que “aguante el tiempo” y que puedan disfrutar todos aquellos que a esa hora ya ocupan las zonas verdes de la ciudad para pasar una jornada festiva en familia o con amigos.

Carmen Álvarez Fernández llega entonces para recoger el bollo preñao de una vecina, que es cofrade. “No pudo acudir en esta ocasión y me dijo que viniese”, señala. Carmen Álvarez, que se va a hacer cofrade en los próximos días, se dirigió acto seguido al Campo San Francisco: “Me están esperando para comer allí”.

En el puesto instalado junto a la capilla de La Balesquida se registra una gran actividad. Ya quedan pocos de los 1.254 bollos preñaos que se van a repartir durante la jornada. “Teníamos el plazo abierto hasta las seis de la tarde de ayer para que los cofrades que quisiesen se apuntasen. En total, se encargaron 1.254 bollos”, explica José Luis Felgueroso, portavoz de la Antigua Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza “La Balesquida”.

La jornada comenzó a las diez de la mañana con la misa en la capilla, oficiada por el sacerdote Gaspar Martínez, y la bendición de los bollos (que fueron repartidos hasta la una y media de la tarde) y el pan bendito. La cofradía tiene actualmente “2.500 cofrades”, subraya José Luis Felgueroso. La cuota anual es de ocho euros y con esos fondos además de repartir el bollo preñao y la botella de vino y, en otra jornada, con motivo de la festividad de Nuestra Señora de la Esperanza, de castañas y sidra dulce. “También tenemos que mantener la capilla, que sufre humedades, y comprar velas y flores”, apunta el portavoz de la cofradía.

Las denominadas fiestas de Pentecostés se iniciaron el pasado miércoles con la procesión de traslado de la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza desde la capilla de La Balesquida a la iglesia parroquial de San Tirso el Real. El sábado, tras el responso ante el sepulcro de Velasquita Giráldez -precursora de la cofradía, una de las más antiguas de España- se celebró la procesión de regreso.

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