Talleres salvavidas en el cuartel del Rubín

"Pierdes el miedo a actuar", dicen los guardias civiles que estos días aprenden a hacer la RCP, mover heridos y evitar ahogamientos

El instructor Efrén Díaz, en el centro, impartiendo un taller de reanimación cardiopulmonar a los agentes Ángel Granda (izquierda) y Marco Antonio Vigil (derecha). | Miki López

El instructor Efrén Díaz, en el centro, impartiendo un taller de reanimación cardiopulmonar a los agentes Ángel Granda (izquierda) y Marco Antonio Vigil (derecha). | Miki López / Lucas Blanco

Txaro Ruano tiene 63 años, pero el pasado mes de enero volvió a nacer. Esta mujer natural de Baracaldo sufrió una indisposición –todo apuntaba a un infarto– cuando viajaba por la autovía a la altura de Lastres junto a una hermana y una hija. Las familiares llamaron al servicio de emergencias y los primeros en personarse en el lugar fueron los agentes de la Guardia Civil Juan Bruque y Jesús Berrocal, los cuales, después de 25 minutos de reanimación lograron salvarle la vida. El caso fue puesto de ejemplo este martes en el cuartel de la benemérita en el Rubín, donde 270 efectivos del cuerpo acuden estos días a formaciones sobre cómo actuar en situaciones de emergencia. De ahí la importancia de este tipo de talleres para ofrecer una primera atención eficaz a los ciudadanos.

Las sesiones son impartidas por instructores del Instituto de Emergencias (IEDUCAE), con sede en el polígono del Espíritu Santo, los cuales habilitaron distintas estaciones por las que los guardias fueron rotándose en busca de consejos de los expertos sanitarios. "Lo más importante es que pierdes el miedo a actuar en este tipo de situaciones tensas", coincidieron el teniente Jorge Santamaría y el agente Ángel Granda.

Este tipo de formaciones son ya habituales desde el año 2015, si bien se vieron interrumpidas durante la pandemia para disgusto de unos profesionales partidarios de tener este tipo de sesiones de manera frecuente. "Aunque llevamos ya años asistiendo, siempre hay cosas que se van actualizando y nos viene bien practicar", explica el veterano agente Miguel Ángel Pedrero, admitiendo haber tenido que enfrentarse a varias emergencias de este tipo. "Ahora, por suerte, hay menos accidentes, pero hace unas décadas, cuando no había tanta autovía, los siniestros graves eran el pan de cada día", relata el funcionario. En las formaciones se tocan todos los palos. La reanimación cardiovascular (RCP) es un clásico, si bien los agentes han tenido que adaptarse a los cambios tecnológicos. La utilización de desfibriladores semiautomáticos portátiles (DESA) supone un gran avance para acompañar las compresiones y las asistencias aéreas. Una vez colocados los electrodos en el pecho del paciente, el aparato analiza si es pertinente la descarga eléctrica, que en todo caso se realiza asegurando que nadie esté en contacto con el cuerpo de la persona indispuesta. "Se trata de tener unas nociones para actuar de forma pertinente en un momento clave", explicó el director del IEDUCAE, Juan Luis González Camblor.

El instructor Florencio Fernández, explicando las maniobras para mover y trasladar heridos de accidentes de tráfico. | Miki López

El instructor Florencio Fernández, explicando las maniobras para mover y trasladar heridos de accidentes de tráfico. | Miki López / Lucas Blanco

Los expertos explican a los guardias las claves para distinguir diferentes dolencias de los estados de embriaguez. "El olfato es clave para saber si se trata de una simple alcoholemia, pero otras pistas importantes son comprobar si el paciente mueve los brazos, por si estuviera sufriendo un ictus, o si lleva caramelos a mano, por si se tratase de un bajón o subidón de azúcar", indicó el teniente Santa María.

Otra de las casuísticas para las que la Guardia Civil de Tráfico se prepara estos días en el Rubín es para los casos de atragantamiento. El personal del IEDUCAE aprovecha estas sesiones para explicar las claves de la maniobra de Heimlich, consistente en comprensiones abdominales desde la parte de atrás de los afectados para desplazar algún objeto o resto de comida que está obstruyendo las vías respiratorias de los afectados.

Los participantes en los talleres realizaron este tipo de maniobra, al igual que la RCP, en personas adultas y bebés. "Da mucho más respeto el verte en la tesitura de tener que salvar la vida a un niño tan pequeño", comentaban los efectivos entre maniobra y maniobra, mientras reciben felicitaciones por parte del personal sanitario. "La verdad es que lo están haciendo muy bien, se nota que llevan años recibiendo estas clases", sostuvo el director del IEDUCAE.

Otra de las partes importantes de las clases fueron las técnicas para mover a heridos de accidentes. Esta parte de la formación tiene como finalidad saber cómo actuar cuando el herido lleva casco puesto, así como cuando es necesario colocarle un collarín para evitar lesiones mayores.

La nota negativa de este día de aprendizaje la puso el mal tiempo. Las fuertes lluvias caídas sobre el Rubín obligaron a cancelar la parte de la formación correspondiente a los ejercicios de extracción de heridos del interior de vehículos. "En cuanto salga el sol, lo retomaremos", indicaron los organizadores de estos talleres salvavidas.

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