El Campoamor aplaude el genio español en una producción de dos obras cumbre de la lírica nacional, "Goyescas" y "El retablo de Maese Pedro"

El ballet y los recursos cinematográficos, que ponen en contexto la escena, son el hilo conductor de la representación

Carmen Solís, que interpretó a Rosario en la obra de Granados, se llevó las ovaciones de la velada

Damián del Castillo, Cristina Faus, Alejandro Roy y Carmen Solís, en primer término y desde la izquierda, en una escena de «Goyescas», durante la representación del díptico «La Edad de Plata» en el teatro Campoamor.

Damián del Castillo, Cristina Faus, Alejandro Roy y Carmen Solís, en primer término y desde la izquierda, en una escena de «Goyescas», durante la representación del díptico «La Edad de Plata» en el teatro Campoamor. / Iván Martínez

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

El díptico "La Edad de Plata" envuelve en un relato ucrónico –que recrea la historia como hubiera podido ser y no necesariamente como fue– dos obras cumbres de la lírica española, "Goyescas" de Enrique Granados y "El retablo de Maese Pedro" de Manuel de Falla. Paco López, el responsable de la escena, lo hace situando la acción en el apartamento parisino del pintor Ignacio Zuloaga, lugar de paso y de encuentro de intelectuales y artistas españoles durante el primer tercio del siglo XX, y con imágenes documentales, proyectadas como fondo, que dan contexto a lo que sucede en escena. Allí se representan las dos óperas, cuyo argumento se entreteje con otras músicas, poesías, textos declamativos y baile, mucho baile. El público del Campoamor aplaudió la concentración de genio español, con referencias que han forjado el carácter y la cultura nacionales, de Goya a Cervantes.

A la izquierda, el público del Campoamor, minutos antes de alzarse el telón; en el centro, una bailarina ejecuta un paso de danza durante la función, y junto a estas líneas, el presidente de la Ópera, Juan Carlos Rodríguez Ovejero, con Elena García de Paredes  y Alfredo Canteli. | Miki López /  Iván Martínez

Una bailarina ejecuta un paso de danza durante la función. / Iván Martínez

Por "Goyescas", en la primera mitad de la función, se pasean majas y toreros, en un episodio pasional y trágico que protagonizan Carmen Solís, que en su papel de Rosario se llevó las ovaciones y los piropos –"¡Brava!"– de la velada; el asturiano Alejandro Roy, también muy aplaudido; Cristina Faus y Damián del Castillo, que no desmerecieron.

En la segunda parte, tras el descanso, en "El retablo de Maese Pedro" cedieron el testigo a Javier Franco, José Luis Sola y Lidia Vinyes-Curtis. La ópera de cámara que ideó Falla a partir de un relato del Quijote tenía títeres, en esta producción, en la que el teatro Campoamor va de la mano del Cervantes de Málaga, se han sustituido por una breve película que evoca el cine mudo.

El Campoamor aplaude el genio español

El público del Campoamor, minutos antes de alzarse el telón. / Miki López

De la parte musical de la función se hizo cargo Álvaro Albiach, al frente de Oviedo Filarmonía, que en vista de los aplausos, dejó satisfecho al público. El coro, como siempre, es el titular de la Ópera de Oviedo, Intermezzo.

Los números de danza, clásica, flamenca y contemporánea, se sucedieron a lo largo de toda la representación. Los bailarines han sido seleccionados expresamente para esta producción: Andrea Antó, Cristina Cazorla, Joan Fenollar, Laura Fúnez, Cristina González, Jesús Hinojosa, Borja Lebrón y Lucía Raboso Ramírez. Olga Pericet se ha encargado de la coreografía.

El Campoamor aplaude el genio español

El presidente de la Ópera, Juan Carlos Rodríguez Ovejero, con Elena García de Paredes y Alfredo Canteli. / Miki López

Al estreno de "La Edad de Plata" asistió la sobrina nieta de Manuel de Falla, Elena García de Paredes, además del director del Cervantes de Málaga, Juan Antonio Vigar, y la del Teatro de la Zarzuela de Madrid y presidenta de la asociación Ópera XXI, Isamay Benavente. El Alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, y el director general de Política Lingüística del Principado, Antón García, también se sentaron entre el público.

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