El mástil de 55 metros de la pasarela que presidirá la nueva entrada a Oviedo por la "Y", listo para colocarse

Las dos piezas del mástil serán soldadas sobre la propia carretera en un proceso de dos días, y un par de enormes grúas montarán el poste el domingo 26, lo que obligará a cortar el tráfico seis horas

El mástil de 55 metros de la pasarela que presidirá la nueva entrada a Oviedo por la "Y", listo para colocarse

El mástil de 55 metros de la pasarela que presidirá la nueva entrada a Oviedo por la "Y", listo para colocarse / dario

Álvaro Faes

Álvaro Faes

El hito que el alcalde Canteli quería para la entrada de Oviedo está más cerca de hacerse realidad. El poste de 55 metros del tobogán de Manterola, la pasarela para peatones y bicicletas que unirá Ventanielles y Teatinos y que saludará en el límite del casco urbano a los que se adentran en la ciudad, ya está terminado.

En un taller del polígono de Silvota, en Llanera, descansan las dos piezas del mástil, ya pintado, sobre el que se actúa en los últimos remates. Los responsables del trabajo aguardan al día más idóneo para el traslado, a lo largo de esta semana, previsiblemente mañana o el jueves. Las piezas quedarán depositadas sobre el carril de la "Y" que en este momento está cortado, el derecho en sentido de salida, y será allí mismo donde se desarrollen los trabajos de soldadura. Según los plazos previstos, y con la necesidad de que el tiempo acompañe, el ensamblaje de las dos piezas podría comenzar a finales de esta semana para quedar culminado a comienzos de la próxima. Entonces todo estará listo para el anclaje en vertical del pilono. La operación, programada para el domingo día 26, obligará a cortar todo el tráfico durante seis horas. Dos enormes grúas se harán cargo del izado, la más voluminosa de 500 toneladas y la otra, de 150.

La torre quedará fijada al suelo sobre un plinto en forma de prisma de tres metros de altura que ya se aprecia en la zona central, entre ambas calzadas, y que será el que transmita las cargas a la cimentación directa. El mástil tiene un diámetro de dos metros en su parte inferior y de 1,50 metros en la cabeza. Está fabricado en acero estructural cuya rigidez se refuerza desde el interior mediante una serie de anillos metálicos. El objetivo es que resista los esfuerzos que sobre el pilono genera el anclaje de los tirantes o cables que van hacia la estructura de la pasarela.

Un saludo al visitante

Los primeros 40 metros de la torre, que hará labores de atirantamiento del tobogán, tienen forma troncocónica, ligeramente fusiforme y los últimos 15 se estilizan y acaban en un remate cónico. En la punta superior quedará establecida una linterna de posición y el obligatorio pararrayos. Todo el mástil es de color blanco y será la punta de lanza del conjunto que saludará al visitante a su llegada a Oviedo y desplazará la entrada a la ciudad casi dos kilómetros, de modo que desaparece el tramo final de la "Y" y quedará convertido en una vía urbana de alta capacidad.

Al situarse en el límite del núcleo urbano, a la altura de Guillén Lafuerza, el tobogán será la nueva puerta de entrada a Oviedo. El diseño de la pasarela pretende ofrecer un efecto visual con el que aparece "flotando" sobre la carretera.

Cuando la obra esté finalizada, el resultado será una pasarela atirantada con dintel de planta curva y el mástil situada en el interior de la zona curvada. El gálibo mínimo sobre la calzada será de 5,30 metros y la pendiente máxima en el desarrollo del tobogán será de un 6%, como marca la norma de accesibilidad y barreras arquitectónicas. Los estribos de la estructura se sitúan en ambos márgenes lo que minimiza el impacto visual. Ya hacia Oviedo, el conductor se encontrará más adelante la nueva rotonda de Ventanielles, actualmente en construcción y, ya dentro de la ciudad, la "faba" de la plaza de la Cruz Roja, prácticamente terminada, hace la última distribución del tráfico.

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