Paraguas de Oviedo
Los paraguas son objetos que sirven para cobijarse de la lluvia mientras andamos. Más o menos, los paraguas vinieron en el siglo XVIII y los más madrugadores fueron los gallegos; nos queda el recuerdo de unas figuritas de madera que vendían con forma de cura de paraguas.
Con el tiempo, los paraguas se fueron multiplicando y empezaron a verse paraguas para hombres, siempre negros, y para mujeres, muy tardíos. Los paraguas de mujer tuvieron múltiples variantes de forma y tejido. Los que eran para ellas se adornaron con borlas y pompones y durante un tiempo las mujeres los usaron como objeto de adorno y complemento del atavío.
Tener un paraguas era tener un tesoro. Ahora, quien más quien menos, todos tenemos paraguas. En Oviedo hubo paragüeros de pro. Los del Fontán fueron los primeros y siguieron hasta hace bien poco. Paragüeros con plaza fija también los hubo, recuerdo uno que tuvo un establecimiento para paraguas en la calle Jesús, donde los hacían y los revestían con telas nuevas. Tela nueva, paraguas nuevo, o esa ilusión nos hacía.
Ahora, los paraguas poco tienen que ver con la elegancia, y se venden en cualquier sitio. Si no tenemos paraguas, pidamos uno a los Reyes Magos, aunque en su tierra de esto entienden poco.
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