Entrevista | Francisco Lorenzo Director del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM)

"Lo que tienen aquí no tiene precio: la vida musical de Oviedo es insuperable"

"El Campoamor es uno de los teatros más importantes de España y de Europa; se puede soñar con ampliarlo, sí, pero luego está la realidad"

Francisco Lorenzo, director del Centro Nacional de Difusión Musical

Francisco Lorenzo, director del Centro Nacional de Difusión Musical / Luisma Murias

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

El director del Centro Nacional de Difusión Musical, Francisco Lorenzo, conoce Oviedo desde sus tiempos de estudiante, cuando iba y venía en el día, en coche, desde Valladolid, su ciudad natal, para asistir a las representaciones de la temporada de ópera. Antes de incorporarse al Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), Paco Lorenzo -él prefiere el coloquial Paco al formal Francisco- trabajó en el Palau de la Música de Valencia; la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y en la división musical de la Fundación Siglo para las Artes en Castilla y León. 

Esta semana ha regresado a Oviedo para presentar el ciclo musical "Primavera Barroca", que el Centro, adscrito al Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), produce en colaboración con la Fundación Municial de Cultura de Oviedo. 

-Viene a presentar la "Primavera Barroca", uno de los ciclos que el CNDM tiene en Oviedo, el otro es el de jazz, pero, ¿qué tal hablar en general de la vida musical de la ciudad?

-Participo de ella con mis dos ciclos. Vengo de vez en cuando, y me quedo a alguna ópera. Una de las últimas veces vi "Adriana Lecouvreur", que fue estupenda con esa soprano maravillosa, Ermonela Jaho.

-Acaba de cantar otra vez en el Auditorio.

-Sí, sí. Cuando puedo, participo de la vida musical de Oviedo. El viernes (se refiere al pasado 19 de enero), sin ir más lejos, vine al primer concierto del ciclo de jazz y por la mañana estuve en el ensayo general de Oviedo Filarmonía, realmente fenomenal. 

-Viene y aprovecha. 

-Sí, sí. Y como bien... (se ríe).

-¿Sabe que Oviedo Filarmonía está de aniversario, el 25?

-Ah, qué bien. Es una orquesta espléndida, y con lo joven que es. Y ahora tiene a Lucas Macías.

-Cuando llega a una capital de provincia, como Oviedo, ¿suele encontrar tanta oferta musical?

-No, no. Oviedo, siempre lo he dicho, es un lujo asiático. Una ciudad con los habitantes que tiene Oviedo; con esta vida cultural y, en particular, su vida musical; con dos orquestas; una temporada de ópera, una de zarzuela, dos temporadas sinfónicas, grandes conciertos, las mejores orquestas invitadas, los mejores pianistas, solistas, nuestros ciclos de barroco, de jazz, los ciclos de cámara que hace la OSPA (la Orquesta Sinfónica del Principado)... Realmente, encontrarte en una ciudad así, con toda esta intrahistoria, con tradición, con público que respalda todas las propuestas... Es casi un milagro y es digno de alabanza hacia todos los gobernantes que ha tenido la ciudad y que lo han mantenido. Es de "chapeau". 

-Oviedo esté año es capital de la gastronomía. 

-¡Hombre, qué maravilla!

-También podría ser capital de la música. ¿Que le parece?

-No estaría mal. En su escala, en España, Oviedo no tiene parangón. La llaman la pequeña Viena. Madrid, Barcelona, incluso Valencia, son ciudades con gran poderío económico, pero con la medida de Oviedo, incluso ciudades un poco mayores, no hay nada igual. Yo soy de Valladolid y cuando era veinteañero venía a la temporada de ópera, en otoño. Veníamos, veíamos la ópera y volvíamos a Valladolid en el coche. Iba a las temporadas del Teatro de la Zarzuela, antes de que abriera el Real como teatro de ópera, y luego a Oviedo y Bilbao, eran fundamentales.

-Así que Oviedo siempre ha estado en su agenda musical. 

-Sí, siempre ha sido un referente para mí, efectivamente, por la programación musical y por la ópera, fundamentalmente. Luego, años más tarde, llegó la temporada de zarzuela. No hay ciudad como Oviedo en ese aspecto. 

-El CNDM contribuye con sus dos ciclos. 

-El de jazz, que está teniendo un gran éxito, con todas las noches vendidas, y Oviedo Primavera Barroca, que ya lleva 11 ediciones. Estamos encantados con él, siempre buscando qué programar, qué hacer, por dónde tirar, repertorio hispano, repertorio internacional, qué grupo internacional presentar... En fin, todas esas cosas. Luego, con muchos de los grupos españoles que vienen a Oviedo hago otro concierto en Madrid, otro en Sevilla.. Uno de los grandes problemas en España es que todo el esfuerzo que los grupos barrocos, y los no barrocos, hacen en los ensayos mueren en un concierto. Nosotros procuramos que ese esfuerzo llegue a varias ciudades: hacemos música en 36 ciudades, no sólo en Oviedo. 

-¿Como cuáles?

-Tenemos temporada en León, en Salamanca, Barcelona, Alicante, Sevilla, festivales en Cádiz, Badajoz, etcétera. Una de las misiones del centro es la vertebración y el apoyo a los músicos españoles, y nada mejor que preparar un programa que podamos ofrecer en varios sitios.

-¿El mismo ciclo en todas las ciudades?

-Cada ciudad es distinta, pero hay proyectos que se pueden poner en común. Por ejemplo, el oratorio de Scarlatti que hacemos en la Primavera Barroca, "Il giardino di rose", es el proyecto más grande de los seis que tenemos esta temporada. Es un grupo grande, una orquesta de casi 20 músicos y con cinco cantantes, incluso es un proyecto que, para la sala de cámara del Auditorio, tiene una entidad importante. Estamos hablando de dinero público y la gestión es muy importante. Ayudamos al grupo, que hace varios conciertos, y gestionamos el dinero disponible, para que los conciertos de la gira tengan un precio adecuado.

-Aunque suene frívolo, ¿la música es cara?

-Caro es traerte a la Filarmónica de Viena. Hacer una carretera es caro, mantener un hospital es caro, la educación pública es cara, todo es caro. En cultura hay cosas más caras y más baratas, pero cuando hay que recortar siempre se habla de la cultura, antes que de cualquier otra cosa. 

-¿Porque es prescindible?

-Yo no tengo eso claro. No, creo que es absolutamente falso. El hecho de que tú aprendas en la vida, que sepas disfrutar, tengas los máximos conocimientos para poder tomar decisiones... El arte, el mundo de la música te orienta de una forma... Es básica. Todo eso se está perdiendo, pero si vamos por ahí ya estaríamos hablando de la crisis de la civilización occidental...

-¿Si se enseñará más música en las escuelas mejoraría la salud mental de los estudiantes?

-Efectivamente. Se percibiría la vida de otra forma, mucho más sensata y más tranquila, y se disfrutaría de cosas que ahora a muchos les dan miedo. A la gente joven ir a un auditorio le da respeto, prefieren ir a bares, a sitios más desenfadados. Todo eso tiene mucho que ver con la educación musical, que en este país es una asignatura pendiente. Lo ha sido y lo seguirá siendo, lamentablemente. 

-¿No se ha avanzado nada?

-Bueno, el repertorio barroco, a diferencia del gran repertorio romántico nacionalista, tiene un público más joven, porque es nuevo para los oídos de este siglo, son compositores poco conocidos que dan grandes satisfacciones porque tienen una gran rítmica. 

-¿Una buena puerta de entrada a la música clásica?

-Claro, es un repertorio fresco, ágil. Tiene muchas similitudes con el jazz y con algunas músicas de pop y de rock. Muchos músicos han interpretado a Bach en clave de jazz: Herbie Hancock, Chick Corea, Jacques Loussier... Tantísimos. 

-Una de las tareas del CNDM es recuperar el patrimonio musical. 

-Es clave. Siempre estamos presionando a los grupos españoles para que interpreten esas músicas y, a veces, nos piden que les dejemos volar. Este año, en la "Primavera Barroca", hemos querido ser generosos y dejarles que hagan el gran repertorio. Ignacio Prego, que siempre está tocando música del Padre Soler, hará Bach; "La Ritirata", Scarlatti; "Anacronia", uno de los grupos españoles más importantes, un programa sobre la familia Bach. 

-Programa conciertos con partituras rescatadas de los archivos de las catedrales.

-De las catedrales, de las universidades, estudios musicológicos... Este año vamos a estrenar gran parte de una ópera que se llama "La Silvia", de Alessandro Scarlatti, que ha encontrado una musicóloga, Nieves Pascual, en una biblioteca de Viena, y la estrenará en Madrid "Forma Antiqva", los hermanos Zapico, que son asturianos. Es uno de los hitos de la temporada. 

-Los Zapico lanzaron un disco con música recuperada del archivo de la Catedral de Oviedo.

-El año pasado hicimos aquí un concierto con música de Juan Francés de Iribarren, de 1700 y María Espada. El archivo de la Catedral de Málaga estaba cerrado a cal y canto, ahora se ha abierto y en él hay más de 200 cantatas de Juan Francés de Iribarren que no se han hecho. Hay tantísima música por hacer, tantísima, música en la Catedral de Burgos, en la de Valladolid… y luego aquellas músicas que viajaron a América.

-Otra de las actividades del CNDM son las residencias y en 2024 uno de los grupos residentes es el Cuarteto Quiroga, también con representación asturiana.

-Efectivamente. Ahí está Aitor Hevia. Es uno de los grandes cuartetos españoles, con una grandísima carrera internacional. Este mes de enero ha estado en Amsterdam, en la Bienal de Cuartetos. Son muy queridos, amigos, y llevan 20 años juntos, ahí es nada. ¿Sabe lo que son 20 años de convivencia, hacer música, respirar juntos…? Son un lujo.

-La Universidad de Oviedo fue pionera en los estudios de musicología, con Emilio Casares. 

-Lo fue en los años 80 y sigue teniendo peso, pero se han ido abriendo estudios de musicología en otras universidades. Es importante mantener ese tipo de estudios, apostar por ellos, la ciudad y la universidad no deberían perder esa singularidad. 

-¿Qué echa en falta en Oviedo? Musicalmente hablando. 

-¿Usted que echa en falta? Tiene una oferta muy equilibrada. Quien vive en Oviedo ve esto como normal, pero no lo es en absoluto. Tiene ópera, dos orquestas, varias temporadas… Es una de las ciudades más dotadas en cuestión musical, porque aquí tienes de todo: grandes solistas, grupos de cámara, grandes orquestas, opera, zarzuela. 

-¿Y las infraestructuras? El Teatro Campoamor a veces se queda pequeño. 

-Eso son apuestas muy complejas y de mucho presupuesto. Se puede soñar, sí, pero luego está la realidad. Tienen auditorio, un teatro de ópera y de zarzuela… El Campoamor históricamente es uno de los teatros más importantes de España y de Europa. Lo que tienen aquí no tiene precio, la vida musical de Oviedo es absolutamente increíble, una envidia, eso hay que cuidarlo. Ahí están, haciendo "Lohengrin", que es un título alemán, importante, con una gran orquesta, un gran coro. Es fantástico, disfrútenlo. 

-¿Y la ópera? ¿No merece más presupuesto?

-Poco le puedo decir, yo desconozco los presupuestos. Esa es una cuestión política. 

Suscríbete para seguir leyendo