Lleno en los restaurantes de Oviedo para saborear el Antroxu: "Es una tradición que a la gente le encanta"

Nuevo éxito del menú de Carnaval en los locales de la ciudad, que este año ostenta el título de Capital Española de la Gastronomía

Las familias Rodríguez y Vélez degustan el menú del Antroxu.

Las familias Rodríguez y Vélez degustan el menú del Antroxu. / Fernando Rodríguez

El Carnaval ovetense se asocia a disfraces, desfiles y niños, pero también a pote asturiano, picadillo y dulces típicos de la región. De hecho, a juicio de muchos carbayones que se reunieron ayer en torno a una mesa, el tradicional menú del Antroxu es el mejor momento de esta festividad por encima de cualquier cosa.

El Martes de Carnaval llenó los comedores de los restaurantes, que celebraron el éxito en un año especial, en el que Oviedo ostenta el título de Capital Española de la Gastronomía. "Es una tradición que a la gente le encanta. Lo tenemos todo lleno", explica José Luis Cuesta, del Llar de la Catedral. Un sentir compartido por el resto de sus colegas hosteleros consultados.

Lleno para saborear el Antroxu

Eloy de la Grama sirve a Sonia Fernández y José Manuel Longo. / F. R.

En el local de la plaza de la Catedral se reunieron tres generaciones en una misma mesa, un ritual que se repite cada año. Todos ellos tienen algo en común: no levantaban la cuchara del plato. Los más pequeños de la familia, Claudia y Jaime Cortizo, disfrutaban del contundente menú pese a su corta edad, igual que sus padres y abuelos. La niña tenía predilección por el pote, mientras que el niño esperaba ansioso la llegada del segundo plato, el picadillo. "A ver si quedan ganas para el postre", dicen sus padres.

Lleno para saborear el Antroxu

Tania Villalba prepara varias raciones de pote asturiano. / F. R.

A escasos metros de ellos, Montse del Río y Cari Alonso, alumna y profesora de acordeón, aparcaban las clases musicales por un rato. "El pote está buenísimo", certificaban.

José Manuel Longo y Sonia Fernández tampoco fallan a su cita con el menú del Antroxu. Cada año van cambiando de restaurante y esta vez eligieron El Ferroviario, en Gascona, donde tampoco dan abasto con las reservas. En las cocinas de los negocios sobresalen las grandes ollas de pote, que desprenden un olor inconfundible. La cocinera Tania Villalba ultima los detalles con la colocación estratégica del compango, antes de centrarse en los postres. Aquí es donde hay más variedad, con diferentes opciones en función del restaurante. Aunque lo que más se repiten son los frixuelos, los picatostes, el arroz con leche y las casadiellas. Para regarlo todo había división de opiniones entre el vino y la sidra.

Lleno para saborear el Antroxu

Sentados a la izquierda de la mesa, Millán y Tomás Cortizo y Concha Sabugo, y enfrente, Andrea Marván, flanqueada por los niños Jaime y Claudia Cortizo. / F. R.

La jornada trajo también reencuentros. Estas citas gastronómicas están marcadas en rojo en el calendario para grupos de amigos y familiares que utilizan la comida como excusa para ponerse al día. Es el caso de las familias Rodríguez y Vélez, que se acercaron al restaurante El Tizón formando una de las mesas más numerosas del local. Por su parte, Miguel y Javier Feito, Víctor Trasmonte, Juanjo Suárez y José Manuel Fernández hacen lo propio en la sidrería El Bosque.

El de ayer fue el día "grande", pero no el único del menú del Antroxu, que se podrá degustar de nuevo este fin de semana. Una forma de ponerle sabor al desfile y al concurso de disfraces de la capital.

Suscríbete para seguir leyendo