Todos los caminos llevan a la pintura al pastel en Oviedo

Varios de los artistas de la séptima edición de la Bienal Internacional admiten su llegada tardía a una técnica de pintura que gana adeptos en todo el mundo

La exposición de la séptima edición de la Bienal Internacional de Pintura al Pastel, durante su primer día de apertura al público. | V. D.

La exposición de la séptima edición de la Bienal Internacional de Pintura al Pastel, durante su primer día de apertura al público. | V. D. / Víctor Delgado

Hace unos años ni siquiera pintaba y ahora sus obras en una de las técnicas emergentes de pintura, son premiadas y reconocidas. Es la historia del médico catalán Alejandro Yunta. Sus trabajos se exponen junto a muchos otros en la séptima edición de la Bienal Internacional de Pintura al Pastel, que acoge la sala número 9 del Palacio de Exposiciones y Congresos del Calatrava. "Yo aquí me considero un intruso", confiesa. Su vida siempre estuvo en la Medicina, con 26 años al frente del Servicio de Traumatología del Hospital General de Granollers. "Empiezo a pintar cuando me jubilo", admite. Su idilio con el pastel está ligado a una tardía afición por la tauromaquia. El año pasado, le encargaron unos trabajos para una exposición en la plaza de Las Ventas y a partir de ahí se volvió pastelista y acabó enamorado de la cultura taurina. Su obra "Torera Negra", premiada en la bienal ovetense por su tratamiento de color, es un buen ejemplo de su nueva faceta.

Yunta no era el único médico en la sala. La artista vasca Zulema Martínez compagina el hospital con la paleta. "Siempre me gustó pintar. Pero esta técnica, al ser seca, me permitió compaginarla con otras partes de mi vida, como el trabajo y la crianza de mis hijos". Martínez se inspira en los paisajes de Vizcaya, al igual que otra de las artistas, Sara Iglesias, lo hace con los de Asturias. Ella se define como escultora y tiene obras célebres como el perro "Rufo" en Oviedo y la estatua de Severo Ochoa en Luarca. Pero ese gusto por retratar la naturaleza la terminó acercando a los colores y al pastel. "Es una técnica que acaba enganchando", explica.

Aunque cada vez se publican más cursos y manuales, la mayoría de los artistas que estos días están en Oviedo aprendieron por su cuenta. Es el caso del madrileño Andrés Colao, que, al igual que Yunta, empezó a pintar tras su jubilación y pretende "seguir haciéndolo mientras pueda". Las obras no están exentas de mensaje. Su favorita, que representa un envasado de botellas, quiere fomentar el reciclaje. Desde más lejos vino Judith Sullivan, una irlandesa que solo pinta con la técnica del pastel debido a su gusto por el color y que celebra su crecimiento: "Es un honor estar aquí con un hueco entre tantas obras maravillosas".

La exposición de los trabajos de la Bienal tuvo ayer su presentación en sociedad con la apertura al público. El goteo de visitantes no cesó durante todo el día. "Estamos contentos con la acogida que le están dando los ovetenses. Ojalá siga así", valoró José Del Riego, presidente de la Asociación de Pastelistas Españoles (ASPAS). Los artistas coincidieron en que el pastel ha sido una técnica muchas veces desprestigiada, pero confirman que cada vez cuenta con más adeptos. María Rodríguez y Carlos Conrado fueron de los primeros carbayones que se acercaron a visitar la muestra. "No conocíamos mucho este estilo y nos vamos con la sensación de que los cuadros no tienen nada que envidiarle a otros más conocidos", valoraron a la salida del edificio de Calatrava.