Personal del departamento de oncología del HUCA me cuenta, sin decir nombres, claro, asuntos que constan en el historial de sus pacientes; algunos asegurados, antes de llegar a ellos, consultaron a sus médicos de cabecera determinadas preocupaciones a propósito de algunos incidentes en su vida cotidiana, como esos ruiditos de un coche que pueden ser nada o ir a mayores, como esa herradura floja del caballo del general, que puede causar la pérdida de la herradura, del caballo, del general y de la guerra. Entre estos asuntos me quedo con el señor que acudió a su médica para decirle que todas las mañanas, desde que se jubiló, jugaba al parchís, que solía ganar y que últimamente no gana. La médica revisó su analítica y le detectó un tumor cerebral. En la vida, en el trabajo, en la familia, no queda claro con nuestro comportamiento si ganamos o perdemos, todo es mucho más ambiguo; con el parchís sí.
La mar de Oviedo