Opinión

Cinco años sin Eloy Palacio

El aniversario del fallecimiento de un miembro del cuerpo de bomberos durante el incendio de la calle Uría

Hace justo hoy cinco años un bombero, Eloy Palacio, perdió la vida y otro bombero, Juan Carlos Fernández “Cuni”, resultó herido en un incendio que destruyó el edificio número 58 de la calle Uría. Fue una tragedia que impactó a todos los ovetenses por la virulencia de las llamas y, especialmente, por el accidente que truncó la vida de un miembro del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento de Oviedo, el cual había mostrado su gran calidad profesional y humana acudiendo voluntariamente en su día de descanso para ayudar a sus compañeros.

Eloy Palacio es el segundo bombero de Oviedo que fallece en acto de servicio en el último medio siglo. Hace 34 años murió, en un trágico accidente de helicóptero en las inmediaciones del Lago Enol, Corsino Suárez Miranda. Los dos fueron grandes bomberos y grandes personas. Y a los dos rendimos homenaje en el edificio de Seguridad Ciudadana, con unas placas que recuerdan y mantienen viva su presencia en la memoria de cuantos formamos parte de este área. Y una forma de rendirles homenaje es intentar conseguir que ningún bombero más pierda la vida mientras trabaja para garantizar la seguridad de los ovetenses.

Es difícil evitar todos los accidentes pero nuestro deber es buscar soluciones para que este tipo de tragedias no vuelvan a ocurrir. Y ello pasa por aplicar con rigor toda la normativa de prevención laboral, por imaginarse todos los escenarios posibles y establecer procedimientos de trabajo seguros, por revisar las evaluaciones de prevención de riesgos, por actualizar los planes de protección civil y sus anexos, por invertir en la adquisición de equipos de protección individual, por revisar y elaborar planes de autoprotección, por revisar los hidrantes de agua contra incendios, por procurar formación adecuada, por escuchar las propuestas de los trabajadores, y un largo etcétera. En esa línea vamos a seguir avanzando para garantizar los mayores niveles de seguridad a quienes ponen en riesgo su vida para salvar a los ovetenses.

Vaya hoy desde aquí el mayor de los reconocimientos para Eloy, Corsino, “Cuni” y para todos los trabajadores de las diferentes áreas de seguridad y de los servicios esenciales que, día a día, se exponen para que vivamos en una sociedad más avanzada y más segura para todos. Y aprovecho estas líneas para enviar un sentido abrazo a sus familias. Hoy, más que nunca, “todos somos Eloy”.

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