En los muros de lo que antaño fue la cárcel provincial de Asturias han habitado el anterior fin de semana miradas sobre la guerra de Ucrania tras una óptica diferente, la de una mujer, Paula Bronstein. Porque sí, también hay mujeres que llevan décadas cubriendo guerras cámara en ristre, y qué poco se habla de ellas. También hay mujeres en la música, más allá de la interpretación, las ha habido siempre y poco se ha escrito sobre ellas. En Oviedo queremos que la historia se cuente de otra manera. Y por eso, por segundo año, la ciudad se ha convertido en el epicentro de la reunión de una generación de mujeres que han sobrepasado los cincuenta, con mucho talento a sus espaldas, y mucho que decir aún.
Oviedo ha sido un año más la capital Cincuenter de España. Para los que no conozcan el término, diré que es un juego de palabras entre cincuenta e influencer, un neologismo que ya recoge la Fundeu, y que surge un día de la cabeza de Yolanda Lobo, siempre en ebullición. Cuando asumí la cartera de Cultura lo hice con plena conciencia de que a esta ciudad le faltaban cosas. Había carencias en lo cultural, espectros sociales o generacionales que demandaban representación. Y los Encuentros Cincuenter han conseguido rellenar uno de esos espacios yermos.
Las Cincuenter son las mujeres de más de 50 años que han trabajado duro toda su vida, que han volcado su talento en sus proyectos profesionales y familiares y que han contribuido a que podamos disfrutar hoy de las conquistas sociales que tenemos, por las que ellas pelearon cuchillo entre los dientes. Es una generación de mujeres que han permanecido siempre en un segundo plano y a las que ya iba siendo hora de dar protagonismo.
Este fin de semana han pasado por estos encuentros ingenieras como Sara Lozano o Ruth Raventós, escritoras como Eva Orúe, periodistas como Pepa Fernández, compositoras como Sole Giménez, reporteras de guerra como Ana del Paso, actrices como Anabel Alonso, promotoras culturales como Julia León, mujeres que han alzado la voz para decir que están en el mejor momento de su vida y que quieren que se las escuche y que se las contrate. No piden cuotas, solo justicia.
Durante los encuentros, un programa de radio de ámbito nacional arrancó escaleta desde Oviedo y nos colocó en el mapa de España como capital Cincuenter. Una actividad que ha coincidido con el Día de la Madre. Una coincidencia que no es baladí, ya que es su legado el que nos ha traído a muchos hasta aquí. No hay nada más fuerte que el amor incondicional de una madre, por eso estos Encuentros Cincuenter se los dedicamos a ellas, porque gracias a esas mujeres hoy vivimos en una sociedad más libre, más abierta y más tolerante.
Va por ellas.
