Con vistas al Naranco

La vida secreta de los cementerios

El atractivo que atesoran algunos camposantos

Antonio Masip

Antonio Masip

Es para mí inolvidable haber acompañado al Oviedín en la única salida que tuvo hasta ahora en competición europea. Eran tiempos del igualmente inolvidable Jabo Irureta. Fue una lástima que, con la eliminatoria favorable, el rumano Lacatus provocara una absurda expulsión que costaría el partido. De aquella me hizo gracia que el Ayuntamiento de Génova / Genoa recomendase su cementerio como visita de sumo interés. En otras partes del ancho mundo, al menos del que conozco, tienen el lugar apacible de los enterramientos como espacio turístico a destacar. Así, sin entrar en todo su alto significado, las pirámides egipcias o aztecas, la Recoleta de Buenos Aires, el pequeño cementerio parisino de la torre Eiffel o el tinetense Dolmen de Merillés. Paco Quirós Linares tiene un magnífico estudio «El jardín melancólico los cementerios españoles en la primera mitad del siglo XIX: (lección inaugural del curso 1990-1991)». Ahora me llega «La vie secrète d’un cimetière «de Benoit Gallot, que me anima a dejar sentadas varias anécdotas no muy conocidas de nuestro cementerio municipal. El cementerio nuevo en Clarín, que no en «La Regenta», en la que el entierro de don Santos Barinaga, despedido por don Pompeyo Guimarán y los obreros armeros, es todavía el antiguo, entonces en Prau Picón.

1.–Me ha sorprendido gratamente que el Comandante Alfonso Ros, que resistió heroicamente el golpe fascista de las cinco de la tarde del domingo 19 de Julio de 1936, tenga sepultura con nombre y apellido. A Ros lo mataron en su cuartel de Santa Clara a las diez de la mañana del lunes 20 de julio de 1936, a cuya muerte el Coronel Aranda pasó a dominar el casco urbano y el concejo salvo Olloniego, Tudela Veguín, el Naranco, Trubia..., que caen en Octubre de1937.

2.–El que fue buen amigo mío, el comunista Juan Ambou Bernat, fallecido en Saltillo (México), se encuentra enterrado por voluntad propia en la fosa común de Oviedo, que cuenta con una magnífica y significativa obra del escultor Fernando Alba.

3.–El presidente de la República Española, también muy querido y admirado amigo, José Maldonado González, cuyos restos con correligionarios suyos llevamos a hombros el Vicealcalde Avelino Martínez y yo, entonces Alcalde, fue vilmente expulsado del cementerio y recuperado luego por un familiar, Ángel Rico, a La Espina donde impidieron reciente sencillo homenaje.

4.–La primera mujer diputada por Asturias, Veneranda García Manzano, en cuya despedida pronuncié, a propuesta de su familia, la laudatio fúnebre, está enterrada en el Salvador.

5.–En Oviedo están enterrados, entre otros, los grandes poetas Ángel González y Víctor Botas.

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