El Oviedo de Borja, Montoro y Rama, un equipo con mejor pie: el análisis de la situación azul
A pesar de la derrota, la mejora del juego es evidente desde que Cervera ordenó el cambio de sistema: los azules se siguen defendiendo orden y ahora, además, se muestran con más confianza con la pelota
Con Montoro en el doble pivote, Borja Sánchez en su parcela izquierda y Hugo Rama incrustado como teórico punta pero con tendencia a irse a la medular, el Oviedo parece cuidar mucho más la pelota. Butarque enseñó un camino que Los Cármenes se encargó de confirmar. Y aunque los resultados amenacen con chafar cualquier análisis sosegado del juego, lo cierto es que el equipo rindió a un nivel notable ante un Granada que no ha perdido en toda la temporada en su campo y que es uno de los más firmes candidatos al ascenso. La colocación de los tres futbolistas en posiciones estratégicas del sistema de Cervera parece e detalle que ha hecho mejorar la propuesta del Oviedo.
La influencia de Borja
El impacto del canterano en el juego ofensivo es más que evidente. Ha sucedido con todos los entrenadores que han apostado por su talento. Borja inclina el juego hacia su flanco, los ataques del Oviedo se orientan a la izquierda, donde la pide al pie para combinar con el que pasa por su área. Con Lucas, improvisado lateral, cuando se incorpora. Con Montoro, otro con tendencia a tenerla. Con Rama cuando se descuelga a su lado. Por la derecha, Viti la pide al espacio, pero funciona a ráfagas, mientras que con Borja hay más continuidad. La conclusión es que el Oviedo es más protagonismo con la pelota, logra anestesiar el juego. Aunque su aportación se fue apagando con el paso de los minutos, su irrupción fue básica para desactivar la efusividad del Granada.
El Oviedo se había acostumbrado a lo largo de la campaña a potenciar sus ataques por la derecha, pero la presencia de Borja (más la ayuda de Lucas en su flanco) amenaza con cambiar las cosas. El domingo, el 45% de los ataques se concentraron en la banda zurda, mientras que el 37% fueron por la derecha. El 18% restantes se fijó en el centro.
Montoro, la pausa
Por segunda semana consecutiva, Cervera destacó el papel del centrocampista en el juego del equipo. En Los Cármenes estuvo más acertado que en Butarque. Pero en ambos casos el entrenador destacó la pausa que imprime al equipo. En un conjunto con tantos problemas con la pelota, Montoro ofrece soluciones. Aún es una versión alejada del futbolista que destacó en Granada, no está siendo una temporada sencilla para él, pero, sobre todo en la primera mitad ante los andaluces, empieza a dejar detalles de lo que puede aportar en un final tan decisivo como el de este campaña.
Contra el Granada, Montoro fue el futbolista del Oviedo que más pases completó (51), lo que le señala como el principal faro del juego ofensivo.
Rama, un falso delantero
Todos los entrenadores que ha tenido el gallego coinciden en subrayar sus facultades, sobre todo las físicas, pero ninguno ha sabido, hasta ahora, encontrar su ubicación ideal en el campo. Rama ha actuado en las dos bandas, en la media punta y como pivote. Pero nunca ha encontrado del todo la regularidad que exige la competitiva Segunda División. Ahora, Cervera le ha reubicado como delantero con alma de centrocampista. Compañero de Bastón sobre el papel, su labor se dirige más bien a asociarse con los centrocampistas.
Cervera ha alabado en más de una ocasión su labor oscura, ese desgaste en la presión y su obediencia táctica. Interviene menos que otros compañeros pero cuando lo hace crea superioridades en el juego, el fin de su presencia en el equipo.
Por encima de indignación o enfado, en la expedición azul reinaba la sensación de extrañeza por la acción en la que los azules pidieron penalti de Víctor Díaz sobre Borja Sánchez. "Dio la sensación de que el árbitro dejó seguir a la espera de lo que le dijeran desde el VAR", decía uno de los futbolistas de la expedición azul al término del choque. Era un pensamiento compartido e incide en una crítica generalizada desde que se impuso el videoarbitraje: esa sensación de que el colegiado al frente del VAR tiene más poder que el que tiene el silbato. La acción discutida llegó en el segundo acto, justo cuando el Oviedo atravesaba su mejor momento en el partido. Borja Sánchez llegó antes que Víctor Díaz, exjugador azul, a una mala entrega de un futbolista local. Tocó Borja hacia adelante y el andaluz parece tocarle en la pierna. El oviedista cae, todos miran hacia al árbitro pero este manda seguir. Tampoco el VAR entra a valorar la jugada una vez que la pelota se detiene.
Álvaro Cervera explicó en sala de prensa de Los Cármenes una curiosa teoría, según la cual el árbitro habría dejado seguir el juego al continuar la pelota en pies de un jugador azul tras el choque entre Víctor y Borja. Pero el entrenador había hecho el razonamiento pensando que el golpe se había producido fuera del área. Al enterarse que había sido dentro, su teoría ya no tenía recorrido, como así reconoció él mismo. La acción podría haber sido definitiva, por el momento en el que se dio. De ahí que el enfado entre algunos miembros de la expedición azul fuera aún más marcado.
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