El Oviedo sufre para pasar: gana 1-2 en la prórroga

Los azules se sobreponen con un doblete de Masca a un peleón Manresa

Nacho Azparren

Nacho Azparren

El Oviedo, dominador en el primer acto y menos contundente tras el descanso, paseó en esa estrecha cornisa que supone las primeras rondas de Copa, en las que los errores pesan más y el ánimo del equipo de menor entidad amenaza con engullirte. Los de Carrión desaprovecharon sus oportunidades y llevaron el partido a una agónica prórroga en la que, ahí sí, impusieron su pegada: 1-2. Falló un mano a mano el Manresa, de Segunda Federación, y acertó Masca en la que tuvo. Muchas veces la distancia de categoría se marca en el área.

La Copa exige un máximo de concentración al equipo grande porque se entiende que el chico siempre va a poner más sobre la mesa. Y en ese aspecto poco se le puede reprochar al equipo de Carrión, que salió a mandar desde el primer impulso. Consciente, parecía, de que el pase no dependía tanto de fútbol como de intensidad. Es lo que tiene la Copa.

Y para refrendar esa buena entrada, un premio en forma de gol. Se encontró el Oviedo con un córner a los 3 minutos y Camarasa la puso con tiento. La cabeza de Masca profesó más fe en la maraña de jugadores acumulados en el área para rematar a la red. Tan solo tres minutos para sospechar que el camino quedaba más que abierto para los azules.

Manresa

Pulido (1);

Reina (1), Pastor (2), Bioque (2), Á. Sánchez (1);

Marc Martínez (2), Soler (2);

Ouhdadi (1), Baquero (2), Ballesteros (1);

Javi López (1).

Cambios:

Garrido (2) por Soler, min. 46.

Pons (1) por Marc Martínez y Cuello (1) por Reina, min. 67.

Gilbert (1) por Ballesteros, min. 74.

Sidibe (1) por Bioque, min. 84.

Diawara (1) por Baquero, min. 97.

 

Real Oviedo

Braat (2);

Sesé (2), Costas (1), Luengo (1), Pomares (1);

Jimmy (1), Camarasa (1);

Moyano (1), Cardero (1), Masca (1);

Alemão (2),

Cambios:

Cazorla (1) por Camarasa y Seoane (1) por Cardero, min. 63.

Viti (1) por Moyano y Colombatto (2) por Jimmy, min. 76.

Bretones (1) por Sesé, min. 103.

Yayo (s.c.) por Alemao, min. 114.

Goles: 0-1, min. 3: Masca. 1-1, min. 24: Baquero. 1-2, min. 111: Masca.

Árbitro: Galech Apezteguia (colegio navarro). Amonestó a los locales Ballesteros y Cuello y a los visitantes Cardero y Cazorla.

Estadi El Congost de Manresa: 3.177 aficionados, con unos cien oviedistas en la grada.

La sensación se acrecentó en cada posesión visitante, metidos los de Carrión en el choque, dispuestos a sentenciar cuanto antes y no dejar nada al aire. Alemão probó de zurda a Pulido, meta catalán, y Masca propuso la suya con la diestra. Repelió el meta en ambas. Entre medias, Moyano sí encontró el camino al gol, pero la acción quedó anulada por fuera de juego de Masca en su pugna con los zagueros locales. Poco después del cuarto de hora, Cardero probó de cabeza, para cerrar la convincente puesta en escena de los azules en El Congost.

La prueba de Carrión parecía funcionar. Apostó el técnico por algunos básicos, como Costas, Luengo o Moyano, con gente con necesidad de minutos (Jimmy, Masca, Cardero…) y con la inclusión de Sesé, del Vetusta, en el lateral diestro. También inició el choque Camarasa, en su primera titularidad tras su baja por problemas de salud mental. Él fue el encargado de iniciar cada ataque visitante.

De vuelta al partido, sucedió que a partir de entonces, primer cuarto de hora, se estiró algo el Manresa. Sin llegar a inquietar a Braat, pero suficiente para al menos evitar la sangría de llegadas de su rival. Quizás fue esa ausencia de escenas de acción la que hizo que el Oviedo se aletargara por un momento. Fue un escaso margen de 5 minutos, 10 a lo sumo, en el que el Manresa se mostró más cómodo. Y obtuvo su premio.

Fue en un arranque de inspiración de Baquero, que contó con el visto bueno de la medular azul, invisible en la invasión del medio. El local llegó a la frontal y chutó arriba: Braat no la pudo detener. El empate no parecía justo por merecimientos, pero sí servía para subrayar, de nuevo, que en la Copa acecha un peligro en cada esquina.

Volvió el Oviedo entonces a la versión mandona. Entendían los de Carrión que era el camino más directo a la segunda fase. El tramo final del primer acto fue de los carbayones. Mascva y Camarasa casi logran el boleto premiado, pero el más cercano a la celebración fue Cardero. Su testarazo, buen servicio de Moyano, se fue cerca de la cruceta, chocando contra el poste. Al descanso, una certeza, el Oviedo iba en la línea correcta, y una incertidumbre, un resultado que en la Copa acentúa el nerviosismo. El temor a caer eliminado pesa más de la cuenta.

No cambió su rumbo el Oviedo en el segundo tiempo, lo que pasa que para el Manresa cada minuto se convirtió en un premio. Por eso las fuerzas no estuvieron tan desniveladas como en el acto inicial. Así lo demostró Ouhdadi, con un disparo lejano como advertencia al poco de regresar el choque.

Tras un remate desviado de Alemão como único argumento ofensivo, Carrión decidió alterar el guion tirando de banquillo. Primero con Cazorla y Seoane, en busca del control del juego. Luego con Colombatto y Viti, para ponerle más picante. De inmediato se apagó la reacción del Manresa, pero tampoco es que el Oviedo llegara como en la primera mitad.

A diez del final, una jugada que parecía clave. Colombatto llegó ante que el defensor, tocó en el área y fue arrollado. Pareció penalti, pero la pelota siguió en el aire y Alemão la porfió y la llevó a la red. Galech Apezteguia sorprendió señalando mano del brasileño y dejando en el limbo el atropello a Colombatto.

Murieron los 90 minutos con dominio, ya sí claro, de los azules, pero sin encontrar ninguna vía a la meta rival, bien pertrechados los catalanes cerca de su área. La última antes del final fue de Viti, tras un soberbio pase de Cazorla.

Al tiempo extra

Pero el partido se fue a la prórroga y ahí, aún más, se acentuaron los roles. El Manresa disfrutaba sufriendo, anclado atrás, mordiendo cerca de su área. El Oviedo se fío en el mando de Cazorla y Colombatto, pero costaba encontrar un claro. El único que apareció fue en la defensa azul y fue aprovechado por Ouhdadi para correr y citarse con Braat. El portero tapó de forma milagrosa el mano a mano que olía a sentencia del choque.

Falló el Manresa, era clarísima, y esperó el Oviedo por la suya. Porque sabía que llegaría. Ganó Viti su enésimo balón en profundidad en el 111 y centró. Masca llegó al mismo tiempo que un central local y del choque de ambos con la pelota salió un globito que acabó entrando y dando el pase a los azules a la segunda ronda de Copa.

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