"Te dice cosas que luego pasan en el campo": así destacan en el vestuario la capacidad de Carrión para leer los partidos

Además de su propuesta, los que siguen de cerca al técnico del Oviedo subrayan su capacidad para interpretar los encuentros

Carrión le da indicaciones a Dubasin  en el partido del sábado.  | IRMA COLLÍN

Carrión le da indicaciones a Dubasin en el partido del sábado. | IRMA COLLÍN / Nacho Azparren

Nacho Azparren

Nacho Azparren

De Luis Carrión se ha valorado hasta ahora su atractiva propuesta defensiva y su gestión del talento. Lógico: los resultados avalan al técnico del Oviedo. Lo que no es tan mencionado de forma pública pero sí es ensalzado por la gente de fútbol es esa capacidad para leer los partidos. Para desentrañar las claves de la siguiente cita y detectar cómo se le puede meter mano al rival. El festejado triunfo ante el Leganés también llevó su firma. No es la primera vez.

Durante toda la semana, entre las paredes de El Requexón, Carrión insistió una y otra vez en la misma idea, en la de tener la pelota, en jugar con "paciencia" (concepto más repetido durante la semana) y, también, tener cuidado tras las pérdidas. Ahí es donde, según el técnico, el Leganés hace más daño.

El triunfo depende en última instancia del talento individual, es evidente. En la acción defensiva de Luengo previa al gol, por ejemplo, cortando la contra del Leganés. En el servicio pulcro de Cazorla, también, para darle a Paulino una situación ventajosa. En el sensacional golpeo del cántabro, por supuesto. Pero todo sucede bajo el guion de lo que Carrión había planeado antes. Sabía de los peligros del Leganés y dónde se le podía hacer daño. "Te dice cosas que luego pasan en el campo. Eso le da credibilidad", señalan desde la caseta.

El Oviedo ha ganado un estilo desde la llegada del entrenador catalán, con unos números que respaldan el modelo, pero el equipo es capaz de introducir matices teniendo en cuenta el rival o las circunstancias. Otro ejemplo que se pone en el club es una experiencia reciente que no acabó de la mejor manera: el 1-1 ante el Amorebieta. La propuesta inicial (un 3-4-3, condicionado por las bajas) no salió bien. Tampoco los cambios finales, cuando al equipo le faltó verticalidad. Pero la respuesta al descanso, abandonando la idea inicial para recuperar la defensa de cuatro habla de un entrenador que sabe encontrar soluciones sobre la marcha y que no tiene problemas en reconocer los errores.

El Oviedo se mete de lleno en la pelea por el ascenso. Ya es candidato. Lo hace amparado en su gran momento y en la calidad de la plantilla. Pero también en un Luis Carrión que tiene un don para leer los partidos.

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