La contracrónica del encuentro entre los presidentes de Sporting y Oviedo: una rivalidad bien entendida

Guerra y Peláez demuestran tener química personal y coinciden en destacar las capacidades de Asturias

Por la izquierda, David Guerra, Eduardo Sánchez Morrondo, Martín Peláez y Reyes Ceñal, ayer, en Madrid.

Por la izquierda, David Guerra, Eduardo Sánchez Morrondo, Martín Peláez y Reyes Ceñal, ayer, en Madrid. / X. F.

El Sporting y el Oviedo; Pachuca y Orlegi; dieron ayer un ejemplo de rivalidad sana en Madrid y también lanzaron un chute de optimismo a las hinchadas rojiblancas y azules de cara al final de la temporada, con los dos equipos optando al ascenso. Martín Peláez y David Guerra coincidieron en una interesante charla organizada por Compromiso Asturias XXI en varios aspectos, pero uno puede resumir el acto: "Asturias tiene un gran potencial". Ese lema, que quizá suene a tópico, lo compartieron ambos dirigentes, llegados hace dos años de fuera de Asturias, que coincidieron al observar un gen especialmente negativo en la región que a menudo provoca una parálisis crónica. "Los asturianos triunfan más fuera que dentro", se comentaba en los corrillos del salón de la Universidad Nebrija, que albergó el acto, ante cientos de asistentes, la mayoría asturianos "exiliados" en Madrid.

Guerra y Peláez, que mantienen una buena relación, demostraron tener además química personal. Seguramente el acto de ayer hubiese sido imposible con las dos propiedades anteriores. No faltaron las bromas y los guiños, con un exquisito respeto y educación, haciendo gala de la mejor rivalidad. "En México estamos a mil kilómetros y aquí a 28", dijo el presidente del Oviedo, en referencia a la rivalidad azteca que tienen ambos grupos en México, con dos equipos cada uno. "Un mes antes que nosotros, Orlegi había llegado al Sporting y es una rivalidad que festejo. No hay que tenerle miedo a la competencia, si no a la incompetencia. Cuanto mejor sean ellos, mejor nosotros", siguió Peláez, con Guerra al lado.

Por la izquierda, José Muñiz, rector de la Universidad Nebrija; José Luis Lorenzo, gestor de empresas de Caja Rural; Rafael González, subdirector general de Caja Rural; Martín Peláez, presidente del Oviedo; Eduardo Sánchez Morrondo, presidente de Compromiso Asturias XXI; David Guerra, presidente ejecutivo del Sporting; Eva Pando, directora de la Fundación de Caja Rural; Álvaro Visairas, director de la oficina de Madrid de Caja Rural; Reyes Ceñal, directora de Compromiso Asturias XXI, y Manuel Villa-Cellino, presidente de la Nebrija. | U. Nebrija

Por la izquierda, José Muñiz, rector de la Universidad Nebrija; José Luis Lorenzo, gestor de empresas de Caja Rural; Rafael González, subdirector general de Caja Rural; Martín Peláez, presidente del Oviedo; Eduardo Sánchez Morrondo, presidente de Compromiso Asturias XXI; David Guerra, presidente ejecutivo del Sporting; Eva Pando, directora de la Fundación de Caja Rural; Álvaro Visairas, director de la oficina de Madrid de Caja Rural; Reyes Ceñal, directora de Compromiso Asturias XXI, y Manuel Villa-Cellino, presidente de la Nebrija. / U. Nebrija

En la charla se evidenció que los dos conglomerados, cuyos líderes, Jesús Martínez y Alejandro Irarragorri, están ahora muy distanciados, tienen muchas similitudes. Ambos diversifican su negocio, pero tienen en el balompié su esencia y razón de ser. "El fútbol es una excusa", dijo, por ejemplo, Guerra. Peláez habló de las 23 empresas que tiene Pachuca sin contar el fútbol, con más de tres mil empleados. Guerra expuso el método Orlegi, con "700 empleados directos, más todos los indirectos".

El coloquio, de alrededor de una hora, fue muy interesante, a los asistentes se les quedó excesivamente corto y supuso también un baño de asturianía. Abrió la charla el asturiano José Muñiz, que es el rector de la Nebrija, "la universidad de Asturias en Madrid", aseguró. "El fútbol es pasión y los clubes tienen una gran responsabilidad. Ojalá la próxima vez estén los dos en Primera División, con eso será más que suficiente", reiteró.

Eduardo Sánchez Morrondo, presidente de Compromiso Asturias XXI, también tomó la palabra, aunque avisó. "Guapinas y guapines, no vamos a hablar de fútbol", dijo, aunque luego no se cumplió. "Este acto es un elemento más para que mandemos un mensaje a la sociedad asturiana. Una sociedad como la nuestra solo progresa si trabajamos todos juntos", indicó.

El coloquio fue, pues, muy amistoso, con Martín Peláez muy bromista. "No me dijeron que iba a jugar de visitante, porque está todo rojiblanco", dijo, en referencia al color de la sala. El presidente acudió acompañado de Estela Díaz, directora de negocio, y de uno de sus hijos, que estudia en la Nebrija. David Guerra estuvo con parte de su equipo de comunicación. Los dos estuvieron muy cercanos, antes del acto, durante y en el pincheo de después.

En la Nebrija no faltaron rostros conocidos de la sociedad asturiana. Además de la directiva de Compromiso Asturias XXII, con Margarita Collado muy activa, también estuvieron varios directivos de Caja Rural, que patrocinaba el evento. No se lo perdió a su vez el asturiano Manuel Villa-Cellino, presidente del Consejo Rector de la Universidad Nebrija. Y a última hora apareció Teresa Mallada, expresidenta del PP asturiano y actual senadora popular, que hizo migas con los presidentes de ambos equipos. Lo dicho, todo muy asturiano.

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