Entre las nubes, el sol vuelve a salir para una familia ovetense con dos hijos afectados por trastornos de la conducta. Lo hace gracias a la acción de un buen samaritano completamente anónimo que devolvió el sobre perdido por José Sebastián, en Pola de Siero. “No sé la cantidad exacta que llevaba, algo más de 120 euros, para pagar el tratamiento para el trastorno del espectro del autismo, similar al Asperger, que recibe mi hijo mayor, de siete años, en la asociación Nora”, cuenta el progenitor.

La situación de la familia es cuanto menos compleja. Con dos pequeños, uno de cinco y otro de siete años, ambos con trastornos del espectro autista, que marcan de manera notable su conducta. “Es muy cansado, porque tienen fases en las que están muy agitados y eso nos genera un desgaste tremendo”, explica Sebastián.

Ese agotamiento también tiene que ver con otras facetas de la vida. Explica el hombre que el pasado año tuvieron que cerrar el bar que tenían debido a la situación de pandemia.

Asimismo, relata que la integración de los jóvenes en centros educativos privados es muy complicada: “Hay algunos en los que directamente no los quieren aceptar y en otros en los que les han tratado fatal”.

De hecho, recuerda el problema por el que dejó su último centro: “Se puso nervioso y se hizo sus necesidades. La directora cogió la ropa interior, la metió en una bolsa y se la introdujo en la mochila, que también arrojó por la puerta del colegio”.

En ese complicado contexto, lo que más ayuda al niño son sus sesiones en la Asociación Nora. Precisamente, cuando hace poco más de una semana se dirigían al centro del colectivo en la Pola, a José Sebastián se le cayó el sobre con el dinero para el tratamiento. “Cuando llegué a ver a la directora, Tatiana Llorente, no sabía ni cómo explicárselo: “Me ayudó a buscarlo, pero no lo encontramos”.

Finalmente, cuando ya lo daban por perdido, la persona que encontró el dinero dejó el sobre en la propia asociación, tras localizarlo en las proximidades. Ahora, el colectivo y la familia buscan a la persona que lo hiciera para agradecérselo. “Con la que está cayendo, aunque no sea una cantidad enorme de dinero, nos viene genial que lo hayan devuelto. Máxime siendo para lo que es y con lo positivo que es este tratamiento para nuestro hijo”, concluye José Sebastián, inmerso en pleno proceso para denunciar lo sucedido en el último centro educativo en el que estuvo su vástago, lo que le mantiene preocupado.