La Asociación de Amas de Casa de la Pola calienta motores para Comadres

El colectivo ofreció ayer en su local de la capital sierense un taller de elaboración de bollos, tortilla salona y casadielles

Lucía Rodríguez

Más de un centenar de personas acudieron ayer al local que la Asociación de Amas de Casa de Pola de Siero tiene en la capital del concejo para disfrutar de un taller de elaboración de bollos de comadres, tortilla salona y casadielles. "Aquí pueden venir tanto hombres y mujeres de cualquier edad, porque la fiesta es para vivirla con la familia y los amigos", apuntaba Conchi Alonso, miembro del colectivo y responsable de la clase de bollos. Al acto acudieron el alcalde de Siero, Ángel García; la concejala de Transportes, Patricia Antuña, además de la concejal de Podemos Siero, Silvia Tárano y los ediles del Partido Popular, José Luis Berros, Graciela Velasco y Paula Onís.

Alonso apuntaba al comenzar el taller que "lo más importante a la hora de elaborar un bollo de comadres es contar con ingredientes de primerísima calidad". Estos son levadura fresca, harina de fuerza, chorizo y un poquito de sal. La diferencia con un bollo preñao convencional, es que "el de comadres lleva una proporción de mantequilla de 400 gramos por kilo de harina". Por lo demás, la encargada del taller asegura que no tiene más secreto que "tener paciencia para amasarlo bien y hacerlo con mucho cariño".

Borja Alcázar, del restaurante Abrelatas de Pola de Siero, fue el encargado de enseñar a los presentes cómo preparar una tortilla salona. Huevo, sal y sardinas salonas, como su propio nombre indica, fueron los ingredientes utilizados por el cocinero. "Lo único a tener en cuenta es lavar muy bien el pescado y limpiarlo de todas las escamas y espinas que tenga".

Por último, fue el turno de las casadiellas, el postre de comadres por excelencia, aunque en algunos lugares de la región, también es un dulce típico de fechas como Navidad o Carnaval.

La presidenta de la Asociación, Pilar Domínguez, recuerda que "llevamos haciendo este taller desde hace muchos años, antes incluso de que yo llegara a la Pola, y ya llovió desde entonces". No obstante, asegura que "nunca había visto tanta gente como este año". Tanto es así, que los asistentes se quedaron sin sillas y, muchos de ellos, tuvieron que observar la clase desde la puerta del loca. Ahora solo queda poner en práctica lo aprendido y, sobre todo, "disfrutar", concluyen.