Uno de los productos que estos días fundirá nuestras tarjetas de crédito es el marisco. Sus precios se han disparado y alcanzan valores históricos en la plaza de Lugo de A Coruña. Desde el año 2007, la centolla y la nécora no costaban 60 euros el kilo cuando lo normal es que se venda a 30 y eso que es precio de lonja.

Los productos frescos característicos de la Navidad han encarecido su precio de venta al público entre un 20 y un 50 por ciento desde el pasado 15 de noviembre, según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) difundido hoy.

En concreto, este informe revela que algunos productos como el besugo llegan incluso a duplicar su valor en poco más de un mes con motivo de la llegada de las fiestas navideñas, pasando de los 17,56 euros por kilo, a los 39,05 euros por kilo.

Percebes y almejas también incrementaron su valor desde la primera quincena de noviembre un 46 y un 44 por ciento, respectivamente, hasta alcanzar un precio de 89,32 y 25,06 euros por kilo, respectivamente cada producto.

Otros alimentos frescos como las angulas, el cordero o la pularda fijan la escala de precios pre-navideña en torno al 20 o el 25 por ciento, hasta alcanzar un valor de venta al público a fecha de 22 de diciembre de 951,67 euros, 15,73 euros y 7 euros el kilogramo, respectivamente.

La OCU analiza también en su informe la evolución de los precios por establecimientos y concluye que Mercadona y Eroski se posicionan como las enseñas más baratas, mientras que El Corte Inglés y Caprabo registran las cotizaciones más elevadas, con una diferencia entre el más económico y el más caro que alcanza el 40 por ciento en la cesta global de estos productos en fechas previas a la Nochebuena.

Asimismo, la organización de consumidores apunta que todos los establecimientos registraron un incremento en los precios de los productos de alimentación típicamente navideños, especialmente a partir del puente de la Constitución, con una mayor revalorización en los centros de Mercadona y Caprabo.

Esta organización también ha advertido a los consumidores de que, con la proximidad de las fiestas, "tienden a aparecer versiones más baratas de productos de lujo", como percebes marroquíes y ostras de Japón, y advierte de que su precio inferior no responde a una oferta, sino a que son "productos distintos".