Gijón, J. MORÁN

El productor asturiano Juan Gona recupera al más célebre guionista del cine español, Rafael Azcona (1926-2008), en su película «Los muertos no se tocan, nene» -dirigida por José Luis García Sánchez-, que ayer se presentó ante la prensa en el Festival Internacional de Cine de Gijón y que hoy se proyecta en un encuentro con el público en los Cines Centro, a las 20.00 horas. El estreno del película en Asturias, patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA -que distribuye invitaciones a tal efecto-, se producirá en los próximos días, a partir del 25 de este mes.

El marchamo asturiano de la película es variado y no sólo se debe a su productor, sino a que ha sido rodada en los estudios que Gona ha levantado en el polígono industrial de Argame (Morcín). Además, uno de su actores principales es el sólido Carlos Álvarez-Nóvoa, nacido en La Felguera en 1940. La actriz gijonesa Blanca Romero también participa en el elenco con un papel destacado, al igual que el dramaturgo y actor Maxi Rodríguez, con un pequeño papel de empleado de pompas fúnebres. La acción de la película se localiza en 1959, en Logroño, ciudad natal de Azcona, narrador implícito a través del adolescente Fabianito. La trama arranca cuando su bisabuelo, don Fabián Bígaro, apura en cama su últimas horas. Llega el doctor Salamoya, especialista en decesos, y sentencia que al moribundo le quedan dos minutos: los cronometra y así se cumple rigurosamente.

El humor negro de cuño genuinamente azconiano, con sus referencias a la religión, a los toros o al pasado rojo y azul de los personajes, más la actuación coral del reparto y la casi unidad de tiempo y espacio proporcionan las bases de una comedia estrafalaria y de ágil desarrollo, en la estela del dúo Berlanga-Azcona.

Los autores del guion son el propio director, García Sánchez, y el escritor y cineasta David Trueba, personas muy próximas al autor logroñés, que había iniciado antes de su fallecimientos el texto de la película junto a Bernardo Sánchez, que también figura como guionista.