Es tiempo de higos y eso hay que aprovecharlo. Y si puede ser con una buena tarta con la que sorprender a tus invitados mucho mejor. Mary Paz Álvarez Gancedo, la bloguera gijonesa que triunfa en la red con sus postres, mostró hace meses en su página una receta más que sencilla para aprovechar la temporada de esta fruta y elaborar una tarta dulce y muy sabrosa.

“Su sabor dulce hace que sean ideales no sólo para repostería sino también para ensaladas, mezclados con pasta o incluso como ingredientes de una pizza”, explica Gancedo en su blog haciendo hincapié en que respecto a los postres “están muy ricos en almíbar, en mermelada y por supuesto en tartas”.

Para saber hacer bien la receta vamos a ir, como siempre en nuestra sección de gastronomía, paso a paso. (Si te gusta más por ejemplo una tarta de chocolate te dejamos un ejemplo en este enlace). Vamos con los higos. Primero los ingredientes. Para elaborar esta tarta necesitamos 250 gramos de azúcar, 80 mililitros de agua, 40 gramos de harina, otros 40 de coco rallado, dos huevos, tres yemas, 150 gramos de queso fresco en crema, una lámina de masa de hojaldre y una decena más o menos de higos frescos.

Para preparar la receta primero ponemos a cocer al agua con el azúcar a fuego lento, hasta obtener el punto de hilo. ¿Qué quiere decir esto? Que si sumergimos los dedos en agua fría y colocamos una gota del almíbar entre el dedo pulgar e índice, al separarlos se formará un hilo de poca resistencia. Después mezclamos la harina, el coco, los huevos, las yemas e incorporamos el almíbar que hemos elaborado lentamente. Luego ya le añadimos el queso y dejamos reposar toda la mezcla unos 10 minutos más o menos.

Mientras forramos un molde con el hojaldre y ponemos el horno a calentar a 180 grados. Lavamos y escurrimos los higos para cortarlos por la mitad a lo largo. Vertemos en el molde todo lo que habíamos preparado antes, colocamos los higos encima con la pate cortada hacia arriba y lo metemos todo en el horno unos 35 minutos. Ya casi está.

Nos queda, de hecho, lo más fácil: cuando se enfríe todo lo desmoldamos y podemos pintar la tarta por encima con mermelada, así lograremos darle brillo aunque, bien es cierto que lo más fácil sí que viene ahora: toca comerse la tarta y disfrutar o dejar a los invitados a nuestra comida o a nuestra cena con la boca abierta.