Son muchos los viajeros que llegan estos días procedentes de Italia y que muestran su extrañeza porque en el aeropuerto nadie les toma la temperatura para evitar que el coronavirus chino entre en Asturias. Según explican fuentes de la Delegación de Gobierno de España en Asturias, los aeródromos del país no están obligados a hacerlo. Al menos por ahora, ya que hoy todas las delegaciones tendrán una videoconferencia con el Ministerio de Sanidad para actualizar el protocolo actual. Hasta ayer ese plan de actuación, que incluye el uso de mascarillas y el control de temperaturas, solo se activa en el caso de que un pasajero presente síntomas: fiebre, tos, y sensación de falta de aire. Eso sí, todas las aerolíneas deben hacer que sus pasajeros y tripulantes cumplimenten durante el vuelo la llamada Ficha de Localización de Pasajeros para hacérsela llegar a Sanidad Exterior.

Si hay un caso sospechoso de coronavirus, el protocolo nacional recomienda durante el itinerario lo siguiente: separar al pasajero sintomático del resto de pasajeros, reasignándole otro asiento y situándole preferiblemente cerca de un baño para su uso exclusivo; si es posible, ofrecerle una mascarilla quirúrgica que le cubra la nariz y la boca y facilitarle pañuelos desechables; limitar el contacto con el pasajero enfermo al mínimo necesario; y avisar inmediatamente a las autoridades del aeropuerto de destino.

Una vez en tierra, "el paciente deberá ser desembarcado con una mascarilla, preferiblemente al final que el resto del pasaje para evitar o minimizar cualquier contacto con otras personas; el personal del aeropuerto identificará a los contactos estrechos, es decir, los pasajeros sentados en cinco sitios alrededor del supuesto infectado; supervisará las labores de limpieza y desinfección, que deberán llevarse a cabo utilizando alguno de los productos aprobados por el fabricante de la aeronave y que deberán estar indicados en el manual de mantenimiento del aparato; e informar de inmediato de lo ocurrido al Ministerio de Sanidad".