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Cuando Gloria Steinem se vistió de "conejita": así fue el artículo que sonrojó al imperio Playboy

La escritora, premio "Princesa de Asturias", publicó un impactante "diario" de su paso por el club de Hugh Hefner: "Cuando pregunté por qué hacerme un test de venéreas, me respondieron que no fuera tonta"

Gloria Steinem, con el traje de "conejita" Playboy

Gloria Steinem (Toledo, Ohio, 1934), premio "Princesa de Asturias" de Comunicación y Humanidades 2021, se ha ganado a pulso el título de "referente feminista". Periodista y escritora, fue más allá de pancartas y manifestaciones. Sirva el mejor ejemplo: con 29 años, se hizo pasar por "conejita" en un club del imperio Playboy en Nueva York para denunciar el machismo hecho negocio. La revista Huntington Harford's Show publicó el "diario" con su experiencia, y ella consiguió lo impensable: escandalizar a la sociedad describiendo unas prácticas que, hasta entonces, se habían dado por buenas. Era el año 1963. Así fue el artículo que sonrojó al imperio Playboy.

Tenía 29 años, trabajaba como escritora "freelance" y compartía piso. Colgaba de la pared su título de graduada cum laude en la Smith College (universidad femenina de Massachusetts). Pero poco importaba ese diploma en el club Playboy. Lo que de verdad le sirvió para entrar en el imperio de Hefner fueron sus medidas y su belleza. En el artículo, titulado "A Bunny's Tale" (que se puede traducir por "El cuento de la conejita"), explicó que todo empezó con un anuncio.

"¿Te ofrece el club de conejitas Playboy un trabajo glamuroso, conocer a gente famosa y hacerte con mucho dinero? Sí, es verdad. Las chicas jóvenes y atractivas pueden ganar entre 200 y 300 dólares por semana en el fabuloso club Playboy de Nueva York", indicaba la oferta. Citaba a las candidatas para las entrevistas presenciales los días 26 y 27 de enero de aquel año. Y allí fue Steinem.

No sin antes convertirse en otra: Marie Catherine Ochs. "Que me perdonen mis ancestros, es un nombre familiar", escribió en la primera entrega del "diario". Marie Catherine tenía su rostro, sus medidas y su pelo rubio. Pero tenía otra vida. Steinem inventó para su "conejita" una historia de falta de recursos. Un pasado como camarera en Londres, bailarina en París y secretaria en Ginebra. También había trabajado como secretaria en una pequeña fundación en Nueva York. Ni de lejos había ido a la universidad, aunque Marie Catherine Ochs sí había estudiado en el instituto.

Su historia sigue con la entrevista: "Quítate el abrigo", le dijo una treintañera a la que identifica en el artículo como Miss Shay. También le pidió las medidas, con especial ahínco las del pecho. En ese salón había otras dos jóvenes haciendo una prueba y, a una de ellas, la entrevistadora llegó a decirle que mejor pusiera sus medidas sin sujetador para que se reflejara en la solicitud un mayor contorno. "Otra preguntó si contrataban a chicas de 18 años recién cumplidos, a lo que Miss Shay le respondió; 'claro'". Con una regla: no podría trabajar en el turno de medianoche.

"El traje era tan estrecho que me dijeron que inhalara mientras me subían la cremallera", escribió Steinem

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Marie Catherine Ochs -o Gloria Steinem- salió de aquella sala con una prueba para el trabajo. "Irás el miércoles en el primer turno (...), vete a la sexta planta y pregunta por la 'Bunny Mother' (la 'mamá conejita')". Describió cómo los hombres esperaban, en fila, para entrar al club. Y los vestuarios de las "conejitas". Algunas se metían pañuelos de papel para abultar el pecho, todo era un desfile de piel y poco más. Los corsés eran de satén. "No parece que tengas 24, pareces más joven", le dijeron. Cuando la "mamá conejita" le ofreció el uniforme, un corsé de color azul, supo que era "muy apretado". "Me dijo que inhalara mientras me subía la cremallera", escribió Steinem. Luego la subieron en unos altos tacones y la lanzaron al "show".

Steinem reflejó en aquel artículo que tenían que estudiar una "guía" para hablar con los clientes: "Es la biblia de las conejitas", la avisaron. Un puñado de frases hechas -"¿Puedo ofrecerle algo más, Míster Jones?" o "Esperamos que vuelva pronto, Míster Jones"- que hicieron que Steinem se sintiera "como un ordenador de IBM".

Describió también las pruebas médicas a las que la sometieron. Incluidos tests de enfermedades venéreas. La respuesta del médico fue rotunda: "Me dijo que no fuera tonta, que todas las empleadas tenían que hacerlo para saber que estaban limpias". También objetó sobre un "examen interno", a lo que le replicaron que "las chicas que objetan enérgicamente tienen alguna razón".

Su paso por el club del imperio Playboy fue corto, pero ocupó varias entregas en la revista. Mantuvo su puesto como "camarera" hasta que le pidieron una identificación. Marie Catherine Ochs desapareció para siempre.

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