Investigación, divino tesoro | Psicología

El psicólogo ovetense que diseña un instrumento para evaluar rasgos de personalidad "oscuros"

Jaime García dice que "todos somos un poco oscuros" y que las aplicaciones de su investigación son múltiples: selección de personal, informes periciales y cribados clínicos

Por la izquierda, Eduardo García Cueto, Jaime García Fernández y Marcelino Cuesta Izquierda, en el exterior de la Facultad de Psicología. | Miki López

Por la izquierda, Eduardo García Cueto, Jaime García Fernández y Marcelino Cuesta Izquierda, en el exterior de la Facultad de Psicología. | Miki López / M. G. Salas

Mónica G. Salas

Mónica G. Salas

“Todos somos un poco oscuros”. Lo dice Jaime García Fernández, estudiante de doctorado en el grupo de Psicometría de la Facultad de Psicología. El ovetense, de 23 años, investiga los llamados rasgos de personalidad oscura y aspira a diseñar un instrumento de medida que los evalúe a “todos” a la vez. “Se trata de identificar el núcleo oscuro, pero también de sacar perfiles diferenciadores. Y eso no lo hay a día de hoy”, explica. El futuro test se aplicará a la población general, que “en mayor o menor medida puede presentar todos los rasgos oscuros sin que esto tenga ninguna connotación patológica”, puntualiza García. Los tres más clásicos son: psicopatía, narcisismo y maquiavelismo. Pero poseerlos no es malo e, incluso, tenerlos en una pequeña proporción podría ser positivos en ciertos aspectos.

Hasta ahora, todos estos rasgos de la personalidad oscura se trabajaban de forma individual. El reto de la Universidad de Oviedo es medir el factor de personalidad oscura y sacar por otro lado un perfil diferenciador de cada persona. A los tres clásicos, el equipo de Psicometría pretende sumar otros muchos. “Queremos abarcar los máximos posibles, hasta los ocho o nueve. Por ejemplo, estamos barajando incluir la agresividad, la codicia, la impulsividad, la inmoralidad, la insensibilidad emocional...”, describe Jaime García.

Precisamente ahora está en la fase de seleccionar los rasgos más adecuados y debe hilar muy fino. “Hay que evitar que sus definiciones se solapen. La diferencia entre una persona con rasgos psicopáticos y otra con rasgos maquiavélicos es pequeña; prácticamente que el segundo planifica a largo plazo mientras que el primero es más impulsivo. Nuestra idea es asignar un porcentaje a cada uno de los rasgos y, de ahí, sacar un perfil de personalidad”, detalla. Pese a que el apellido “oscuro” se asocia con algo peyorativo, los directores de tesis, los catedráticos de Psicometría Marcelino Cuesta Izquierda y Eduardo García Cueto, puntualizan que se trata de describir a “personas normales”. “No estamos buscando a gente rara, sino completamente normal. Porque todos puntuaremos en mayor o menor medida en los rasgos de personalidad oscura de la misma forma que puntuamos en los factores clásicos de personalidad”, señala García Fernández.

El test que está desarrollando se aplicará a “entre 2.000 y 3.000 personas de toda España”, preferentemente acabada la adolescencia. El proceso para diseñarlo es largo y laborioso. “Parece una cuestión fácil, pero lleva mucho trabajo. Conlleva un análisis estadístico multivariables considerable”, dice Marcelino Cuesta. Ahora están en el proceso de seleccionar los ítems, además de los rasgos de personalidad. “Hay que diseñar el quíntuple de ítems de los que finalmente tienen que quedar. Vamos seleccionado y seleccionando, luego se testan los que quedan, se vuelven a seleccionar y, finalmente, se hace una aplicación masiva. No es coger unos ítems, juntarlos y ya”, profundiza Cuesta. “El plazo mínimo para desarrollarlo bien es cuatro o cinco años”, puntualiza Eduardo García Cueto. El futuro instrumento de medición tendrá un sinfín de aplicaciones: desde para seleccionar personal en una empresa y hacer un informe pericial hasta emplearse como instrumento de cribado en el ámbito clínico y escolar.

Psicología forense

A Jaime García siempre le gustó la psicología forense, pero en el camino se topó con la Psicometría. “Nunca había valorado meterme por metodología, pero empecé a leer y pensé: ‘Esto tiene sustancia’”. Hablé con Marcelino (Cuesta), que había sido profesor mío, y me comentó que tenía financiación pedida para investigar sobre los rasgos oscuros”. Fue así como empezó el doctorado. “Trabajo con mucha ilusión. Quizá el envoltorio no sea llamativo, porque cuando entras en la carrera de Psicología, siempre piensas en la parte clínica. No nos damos la oportunidad de ver la parte bonita de los números. Este es otro enfoque de la psicología”, reflexiona. Cuesta reivindica que “la metodología está en la base de todo”, a la vez que reconoce que “el componente matemático y estadístico no es fácil”.

El ovetense, considerado este año el tercer mejor graduado del país en Psicología por la Sociedad Española de Excelencia Académica (SEDEA), desarrolla su tesis con el apoyo de una beca de la Universidad de Oviedo de unos 1.000 euros mensuales. El problema es que solo dura un año, por eso, ha solicitado las ayudas nacionales de Formación de Profesorado Universitario (FPU) y las regionales Severo Ochoa. “También tenemos pedido un proyecto nacional para apoyar la tesis de Jaime”, dicen sus directores, que lamentan la falta de apoyo que se da a los jóvenes investigadores. “Se está invirtiendo mucho dinero en ellos con las becas para que cuando terminen el doctorado se encuentren con el cielo arriba y la tierra abajo. Incluso están en desventaja con respecto a personas que no optaron por la investigación y que fueron más mediocres durante la carrera. España no está dando salidas a esta gente”, critica Eduardo García Cueto. El camino para sacar una plaza en una universidad española es tan “sui géneris”, con la acreditación de la ANECA de por medio, que “quizá un Premio Nobel podría no llegar a conseguirlo”, advierte. Pese a todo, Jaime García es feliz: “Me considero un verdadero privilegiado”.

Jaime García Fernández,  en su sala de trabajo, en la Universidad de Oviedo. |

Jaime García Fernández, en su sala de trabajo, en la Universidad de Oviedo. | / M. G. Salas

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¿Qué investiga?

Trabaja en el diseño de un instrumento de medición capaz de evaluar todos los rasgos de personalidad oscura (los clásicos son la psicopatía, el narcisismo y el maquiavelismo) a la vez. Hasta ahora, solo se analizaban de forma individual. El reto de Jaime García es desarrollar un test que pueda sacar perfiles diferenciadores, ya que una misma persona puede presentar varios de estos rasgos. 

¿Por qué es importante?

Porque podría ser útil en muchos campos: para la selección de personal en una empresa, para hacer informes periciales o para hacer cribados clínicos o en colegios. Se aplicaría a “personas normales”. 

¿Cómo se financia?

Con una beca de la Universidad de Oviedo de 1.000 euros mensuales. Esta ayuda tiene una duración de un año, por lo que García aspira a conseguir una ayuda nacional FPU o regional Severo Ochoa. También su grupo de investigación ha presentado un proyecto nacional sobre los rasgos oscuros con el objetivo de conseguir financiación. 

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