Hasta Luxemburgo vuelve a Eurovisión: El análisis festivalero de una experta asturiana que vivió el concurso desde dentro

Bárbara Barrerio León, profesora de Cine en Escocia, es una estudiosa del fenómeno eurovisivo

Barbara Barreiro posa con Loreen, gran triunfadora de Eurovisión.

Barbara Barreiro posa con Loreen, gran triunfadora de Eurovisión. / B. B.

Bárbara Barreiro León

La gran final de Eurovisión tuvo todos los elementos que se esperaban de un evento como este: números musicales, un gran intervalo y puestas en escena que desafiaron el propio diseño del escenario. Pero, sobre todo, tuvo uno de los momentos de más tensión que se recuerdan cuando se anunció el ganador final.

Los días previos se podía observar cómo la gente por Liverpool tarareaba "Cha Cha Cha" en referencia a la canción de Finlandia e iban disfrazados con mangas de color verdes chillón. Käärijä se presentaba, así, como uno de los favoritos para alzarse con el micrófono de cristal esta vez. Para la mayoría de los medios quedaba claro que iba a ser un mano a mano entre Finlandia y Suecia y que el jurado iba a dar sus puntos a la sueca mientras que el público iba a hacer lo suyo con el finlandés.

La asturiana Bárbara Barreiro León, con su pase de privilegio para disfrutar de Eurovisión, ayer, en el ensayo de la segunda semifinal.

La asturiana Bárbara Barreiro León, con su pase de privilegio para disfrutar de Eurovisión, ayer, en el ensayo de la segunda semifinal. / A. Rubiera

El puesto por la tercera posición estuvo más reñido, y también fue debatido toda esta pasada semana. Se ponía a Francia, Italia e incluso España en ese Top 3. Sin embargo, desde el primer ensayo de la final el viernes, parecía que Israel podría ascender al pódium con su "Unicorn" interpretado por Noa Kirel.

Ha habido algunas sorpresas, sobre todo por parte de los puntos adjudicados por el público, como los 5 puntos a España (el país con menos puntos del público) o también la baja puntuación de Austria, que desde semanas era una de las más tarareadas por los Eurofans, pero que sin embargo con su descafeinada actuación no logró ganarse al público.

Finaliza así un Eurovisión histórico, ya que es el primero que se realiza en un país diferente al del ganador del año anterior debido a una guerra. Liverpool se vistió de azul y amarillo en honor a la bandera de Ucrania, una ciudad y un país que se ha volcado para no solo organizar, sino también en recibir y celebrar la cultura ucraniana a través de la música, las exposiciones y las decenas de eventos que han tenido en estas dos últimas semanas. Suecia también ha hecho historia e igualó a Irlanda como el país con más victorias en Eurovisión con siete. Asimismo, Loreen se convirtió anoche en la primera mujer en ganar dos veces el certamen después de haberse alzado con la victoria en Bakú en 2012.

Barbara Barreiro posa con Loreen, gran triunfadora de Eurovisión.

Barbara Barreiro posa con Loreen, gran triunfadora de Eurovisión. / B. B.

Loreen, la ganadora de este año es una de las caras más conocidas y más veneradas en el mundo eurovisivo. Conocida entre los Eurofans como "Queen Loreen" (Reina Loreen), su nueva victoria contribuye al establecimiento del mito, al enaltecimiento de la identidad eurovisiva y a la reinvención de un festival que cada vez gana más adeptos, ya que incluso Luxemburgo ha decidido volver a participar el año que viene después de no hacerlo desde 1993.

Eurovisión 2024 se celebrará en Suecia gracias a esta victoria, lo que coincide con la celebración de los 50 años desde que otro grupo sueco, ABBA, ganase en 1974.

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