Los niños sueñan con pintar la lluvia y pastorear cometas

El divulgador argentino Juan Scaliter, asentado con su familia en Luarca, lanza desde Asturias y a través de una campaña de “crowdfunding” un fantasioso catálogo de profesiones, muchas de ellas inspiradas por su hija Clara

Juan Scaliter, con el libro "Vendedores de humo y otras profesiones olvidadas"

Juan Scaliter, con el libro "Vendedores de humo y otras profesiones olvidadas" / Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

El periodista argentino Juan Scaliter es uno de esos nómadas digitales que hace tiempo que ha deshecho las maletas y se ha asentado en Asturias. Llegó desde Madrid hace años y se instaló con su familia en Luarca, localidad natal de su esposa, y desde allí continúa trabajando en divulgación científica, especialmente para niños, y colaborando con revistas, radios y televisiones. Su último proyecto está a punto de hacerse realidad. Es el libro “Vendedores de humo y otros oficios olvidados” (Editorial Pirracas), que ha concebido, según él mismo explica, como “un homenaje a los trabajos tradicionales, que se están perdiendo en todo el mundo debido al avance de la tecnología y las migraciones hacia la ciudad”. También a la imaginación infantil y a la poesía, añade, y a “cómo explicábamos, cuando éramos pequeños, los fenómenos de la naturaleza”.

Juan Scaliter es el autor de los textos y su hija pequeña, Clara, de 10 años, le ha dado muchas ideas para el libro. “Siempre ha trabajado en la divulgación científica y el campo que más me interesa es el de la divulgación para niños, tengo tres hijos y las explicaciones de mi niña de tres años de los fenómenos científicos siempre son más interesantes que las que yo le doy”, cuenta. Si él le cuenta que los cometas son cuerpos celestes que orbitan alrededor del Sol, atraídos por su masa, ella le contesta que no, que está equivocado, que los cometas las conducen los pastores por el Universo.

Los antiguos oficios destilaban una poesía que con la tecnificación ha ido desvaneciéndose. “Antes había repartidores de amaneceres, que tiraban piedras a las puertas y a las ventanas para despertar a la gente, así se llamaba a los aldaboneros, y a las chicas que conectaba las llamadas telefónicas se las llamaba hilanderas de voces”, comenta el escritor. Su libro también es un alegato a favor de la imaginación. “Las inteligencias artificiales tienen conocimiento, pero no razonamiento ni imaginación”, sostiene, él que es un experto en el asunto.

Juan Scaliter comparte la autoría de “Vendedores de humo y otros oficios olvidados” con el ilustrador Alex Falcón, al que conoce de tiempo atrás. “La idea de los textos es mía, lo empecé a escribir y se lo comenté a Alex. Me parecía la persona perfecta para dibujarlo. Las ilustraciones me permitieron crear un texto más rico, fue un intercambio, un toma y daca, y el libro fue creciendo con las charlas que manteníamos los dos”, cuenta el periodista. David Alonso, otro viejo conocido de Scaliter y un compositor que ha estado nominado a los premios Emmy por alguna de sus creaciones, redondea el proyecto editorial con una música original que acompaña el texto y los dibujos.

El libro está pensado para niños de entre siete y doce años y es un fantasioso catálogo profesional con todo lujo de detalles. Sus autores lo presentan en las primeras páginas como “una reproducción original de los pergaminos encontrados en los valles de la región montañosa de Kugulistán, muy cerca del río Hinsa. Los expertos que los desenterraron afirman que fueron escritos hace al menos mil años y en él sus autores explican detalladamente los oficios que desempeñaron sus antepasados y sus herramientas”. En él hay información de 21 oficios, cada uno con la descripción de su desempeño, las herramientas que se usan y las asignaturas que deben cursar quien los ejerces. Hay pintores de lluvia, “muy difíciles de contactar ya que se pasan todo el tiempo en las nubes”, cuenta Scaliter, y que tienen que formarse en “Sol y Sombras, Historia de la Humedad, Matemática de la Lluvia, Jardinería de Nubes y Vuelo de Arco Iris”. También “químicas de besos (en la representación profesional, los autores se han esforzado por ser equitativos en cuestión de géneros), buzos del mar de dudas, rastreadores de miradas perdidas y pastores de cometas”. Las químicas de besos, por ejemplo, tienen que estudiar “Botánica de Labios y Geometría del Picoexaedro”, y los afinadores de viento “Meteorología de los Suspiros y Doma de Brisa” y en cuanto a las mineras de nubes, para ellas es esencial dominar la “Siembra de Nieve, la Costura de Acuarelas y la Brújula de Vientos”.

La edición de “Vendedores de humo y otros oficios olvidados” se financia a través de una campaña de “crowdfunding”, una campaña de cooperación colectiva lanzada a través de la plataforma Verkami. “En una semana completamos la recaudación para el proyecto y nos convertimos en la segunda mejor campaña de la plataforma”, comenta Scaliter. La campaña tiene que mantenerse durante 40 días como mínimo, explica, así que seguirá abierta hasta el 25 de mayo, con recompensas: una lámina de alguna de las ilustraciones, la portada del volumen reproducida en tela y con letras doradas, incluso la posibilidad de crear una profesión imaginaria propia.

En menos de un mes el libro estará impreso y listo para su entrega. Además de la compra particular hay librerías que ya lo han adquirido y los autores están dispuestos a dar cuenta personalmente, a través de charlas en las tiendas, las bibliotecas y los centros de lectura y en los colegios, de los detalles y los secretos de todas esas maravillosas profesiones de las que hablan en él.